Nuestro paso por el mundo puede resultar correcto o convertirse en un factor nocivo más que añadir a una larga lista de tóxicos que están destruyendo el medio ambiente. Existen circunstancias inevitables que debemos asumir como imprescindibles pero otras podemos y debemos controlarlas. Es una tarea individual que repercute en la sociedad general y merece un pequeño esfuerzo.

Debemos ser muy cuidadosos desde el principio y educar en salud y ecología. Lo que rodea a nuestros hijos (su alimentación, estilo de vida, etc.) y su desarrollo mental y físico convierte en imprescindible que coman de manera adecuada, reciclen y hagan ejercicio diariamente. También podemos aplicarlo a los adultos, que deben cuidar la dieta, hacer ejercicio, evitar el estrés, hacer sus revisiones médicas, etc. Y, por supuesto, a las personas de más edad, que constituyen un grupo especial por sus características sociosanitarias peculiares.

Consejos para una cocina ecológica, económica y saludable

Cocinar de manera adecuada constituye un punto crítico para garantizar la salubridad de tus alimentos y un consumo sostenible que favorezca a toda la sociedad. Se recomienda:

1- Cocinar de manera natural con poca sal y usando aceites de buena calidad. Optar por una cocción suave (para evitar la pérdida de vitaminas), plancha (con poco aceite), horno o en papillote. Tapar la olla para reducir tiempo y no perder potencia calorífica (lo que reducirá tu factura y la del planeta).

2-Si consumes alimentos crudos reduces el consumo energético que precisa el cocinado.

3-Evita freír los alimentos y, si lo haces, procura que queden lo más "secos" posible eliminando el aceite sobrante apoyando los alimentos fritos en una servilleta absorbente.

4-Utiliza una cocina energéticamente eficiente: lo mejor es el gas, seguido de la inducción y, por último, la vitro. También es importante que las cacerolas se acomoden a estas fuentes de energía para evitar pérdidas que incrementen el consumo de manera innecesaria.

5-No olvides realizar un uso racional del microondas que, aunque requiere mucha potencia, el tiempo de aplicación es muy corto. Realmente, a nivel energético, compensa si lo comparamos con el horno tradicional.

6-Utiliza las técnicas correctas que implican cocinar menos veces y en mayor cantidad. Elaborar menús semanales es una estrategia fundamental que te permitirá aprovechar el tiempo y la energía.

7-No te excedas con las cantidades. Cocina solo lo que vayas a comer. No tires lo que te sobra. Puedes reutilizarlo preparando revueltos, batidos, cremas, purés, croquetas, etc. para evitar el acúmulo de basura y el gasto que supone la gestión de tantos desperdicios innecesarios.

Puede parecer complicado pero no lo es. Lo importante es hacerse conscientes de la necesidad real de racionalizar nuestras actividades para poder garantizar una necesaria economía que beneficie a todos. Analiza tus puntos críticos y anímate a cambiarlos lo antes posible.