Carmen Reija
El día a día lo conocen quienes lo sufren; de hecho, quienes padecen intolerancias se cuidan mucho cuando están en su ambiente. Tienen en sus despensas y neveras lo imprescindible para ello. Van a la compra y eligen los productos indicados, los elaboran adecuadamente y cuidan todos los detalles. El problema se plantea cuando tienen que comer fuera de su casa, en el colegio, la oficina, el centro de trabajo o en cualquier celebración (muy habitual que en España se realicen alrededor de una mesa repleta de deliciosas muestras culinarias).
Padezcas alergia o intolerancia, debes cuidar lo que comes. Muchas veces no eres consciente de lo que te pasa, y lo mejor es acudir al médico. No temas los resultados porque debes estar preparado para lo que te digan y reaccionar adecuadamente, aunque no siempre sea fácil. En lo cotidiano ...
Padezcas alergia o intolerancia, debes cuidar lo que comes. Muchas veces no eres consciente de lo que te pasa, y lo mejor es acudir al médico. No temas los resultados porque debes estar preparado para lo que te digan y reaccionar adecuadamente, aunque no siempre sea fácil. En lo cotidiano inciden muchos factores “externos” que debemos controlar como: la edad (piensa en los niños), el trabajo, la presencia de enfermedades (diabetes, por ejemplo), la responsabilidad personal (“me cuido” o no), etc.
Mejor prevenir Normalmente, las reacciones a los alimentos que causan alergias o intolerancia suelen ser leves (salvo casos extremos), pero debemos ser muy cuidadosos y evitar su aparición. Si ya han sido diagnosticadas es fundamental seguir las indicaciones médicas y no saltarse ninguna ni pensar que no va a ocurrir nada “si me paso un poquito”.
Estos consejos pueden serte útiles:
-Llevar siempre la medicación de urgencia indicada por el especialista. -Leer las etiquetas de los productos que compramos en los supermercados. Cuidado especial si ves que pone, por ejemplo, “puede contener trazas de huevo o frutos secos”, pues los productos se elaboran en cadenas que no han sido perfectamente higienizadas para eliminar completamente estos compuestos.
-Excluir totalmente el alérgeno de la dieta. No sólo el compuesto en sí mismo, sino todo lo que pueda contenerlo. Como ejemplo: si eres intolerante a la lactosa, no puedes consumir salsas que contengan leche o derivados como la bechamel.
-Realizar una manipulación muy cuidadosa de todo lo que se utilice en la cocina. Es perfecto que si eres alérgico a los frutos secos no los incluyas en el menú, pero no puedes usar un cuchillo con el que hayas cortado previamente cacahuetes, sin haberlo limpiado escrupulosamente.
-Seleccionar el local al que vas a comer. No tienes que quedarte siempre en casa, sino elegir bien.
-Preguntar cualquier duda al camarero antes de pedir tu plato. No tengas miedo a resultar pesado; dile que eres alérgico y consulta los ingredientes que te parezcan dudosos.
No renuncies a disfrutar; simplemente, sé precavido y evita consumir lo que sabes que te hace daño. Ánimo, hay muchas opciones y no debes recluirte en casa. Consulta a tu médico que te dará las pautas más indicadas.
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