La primera sería que, por alguna misteriosa razón y de algún inexplicable modo, cuando un/una deportista gay se convierte en profesional, al mismo tiempo se convierte en heterosexual.

La segunda sería que existe alguna fuerza sobrenatural, oculta y desconocida que simplemente hace que las personas homosexuales no tengan ni la fuerza ni el talento suficiente para llegar a ser profesionales. Dicho de otro modo y pseudoparafraseado el lema de los juegos olímpicos, más lento, más bajo, más flojo.

Ambas teorías pueden parecer absurdas…..Obviamente, lo son. De hecho, la historia ya conoce algunos nombres de estrellas del deporte que hicieron pública su homosexualidad. Martina Navratilova o Amalie Mauresmo en el mundo del tenis, el jugador de Rugby Gareth Tomas, el boxeador Orlando Cruz o el jugador NBA Jhon Amaecgi  son solo algunos ejemplos.

Supongo que a nadie se le escapa que la condición sexual de una persona no tiene nada que ver con su capacidad para golpear un balón, saltar vallas, nadar, correr o pilotar un coche. No obstante, si todavía hay alguien que tiene dudas al respecto, parece ser que, por fin, los deportistas gay se han tomado más en serio que nunca la necesidad de acabar con el tabú de la homosexualidad en el deporte, aceptado desde hace años en otros ámbitos de la sociedad como el cine o la música.

Son muchos los deportistas que el pasado año y lo que llevamos de 2014 han decidido salir del armario. En febrero de 2013 Robbie Rogers reveló que era gay y que abandonaba el fútbol. Unos meses más tarde, Jason Collins declaraba: "Soy un pívot de la NBA de 34 años. Soy negro. Y soy gay". Con esa frase, portada de la revista "Sports Illustrated"en abril,  fue el primer jugador en activo de las ligas profesionales de Estados Unidos en admitir públicamente su homosexualidad.

A finales de 2013, Tom Daily, el saltador que fuera broce en Londres, hacía público que mantenía una relación con un chico. Por supuesto twitter ardió desde el minuto uno y la confesión se mantuvo como trending topic durante dos días. Posiblemente su  confesa homosexualidad ocupó más portadas y fue más comentada que la medalla olímpica lograda unos cuantos meses atrás, lo que nos da una fie muestra de hasta qué punto nos parece extraño que un deportista famoso salga del armario.

En enero de este mismo año, Tomas Hipsberguer, ex futbolista alemán que militó en clubs de primera línea como Aston Villa o Bayern y fue 67 veces internacional, también declaraba que compartía su vida con un hombre, tras él, fue la estrella del futbol americano universitario Sam Challenge quien se añadiera a la lista.

El último nombre ilustre en añadirse a la lista ha sido el de Ian Thorpe. Parece que la tendencia, esta vez sí, es imparable. Lo que no sabemos por qué parece ser una tendencia tan solo a nivel internacional, ya que los deportistas homosexuales españoles, que seguro que los hay, siguen sin pronunciarse

Deberían ir apuntándose a la tendencia y salir del armario…….o, mejor dicho, de la taquilla.