Suele presentarse en adultos mayores de 40 años, aumentando la posibilidad de padecerla con la edad, aunque hay jóvenes que también la desarrollan. Los factores de riesgo pueden englobarse en modificables (sobrepeso, obesidad, alimentación, etc.) y no modificables (antecedentes familiares, un trastorno de tolerancia a la glucosa, etc.), según señala la Sociedad española de Diabetes.

¿Puedo comer de todo? Si eres diabético debes ser muy cuidadoso con tu dieta. Dependerá del tipo de diabetes, la presencia de otras patologías, la actividad física desarrollada, etc. y debe ser pautada por el especialista. En la tipo 2, la actividad física regular y la dieta adecuada pueden ser suficientes para controlarla.

De manera general, se recomienda tomar alimentos de todos los grupos, controlar los hidratos de carbono, aumentar el consumo de pescado, repartir la comida en varias tomas y no abusar de la sal, los azúcares de absorción rápida (pasteles, etc.) ni de la grasa animal. La dieta debe ser pautada por el médico, que decidirá lo que más conviene a tu caso concreto. Según la evolución de la diabetes podrá ir modificando las variables que considere oportunas permitiéndote el consumo de ciertos alimentos inicialmente prohibidos.

¿Puedo hacer deporte? Se ha comprobado que realizar 30 minutos al día de actividad física moderada (por ejemplo, caminar o dar un paseo en bicicleta) mejora la salud de la población en general. El beneficio sería mayor si el ejercicio es de más intensidad y duración, siempre y cuando no se tenga ninguna contraindicación para realizarlo (debe ser consultado al médico). A las personas con diabetes se les recomienda su práctica regular ya que, junto con la modificación dietética y el tratamiento farmacológico, es un pilar fundamental del tratamiento.

Las ventajas de practicar ejercicio durante 30 minutos diarios, cinco días a la semana, han sido demostradas por los estudios realizados y, entre otros, destacaría que mejora la sensibilidad a la insulina y favorece el control de la glucemia, contribuyendo a un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La actividad física debe efectuarse de forma regular y controlada para mantener un buen estado físico y psíquico, un mejor control de la glucemia y una mejor calidad de vida. El ejercicio debe ser una práctica segura para evitar riesgos y accidentes, por lo que deberán adoptarse las medidas oportunas y seguir las indicaciones dadas por el médico.

¿Cómo me alimento antes y después de hacer ejercicio? Se recomienda adaptar la actividad física a cada persona, pues bien realizada reduce los niveles de glucosa, favorece la pérdida de peso y mejora la sensibilidad a la insulina. Resulta muy adecuado el ejercicio aeróbico.

No deberías practicarlo si tus niveles de insulina no están bien ajustados. En la tipo 2 se considera parte del tratamiento y se hará 3-5 veces a la semana; en la tipo 1, no es parte del tratamiento y debe adaptarse a la pauta de insulina o alimentación para evitar la descompensación aguda de glucosa. Se recomienda: hacerlo en grupo, usar calzado adecuado, llevar caramelos o azúcar para evitar las hiploglucemias, etc.