El catarro, resfriado o constipado es un proceso causado por múltiples virus para los que no existe vacuna. Se caracteriza por abundante mucosidad, frecuentes estornudos, fuerte dolor de garganta, tos seca, malestar general, fiebre moderada e irritación ocular. Si no se trata adecuadamente puede desembocar en una infección bacteriana como sinusitis, otitis o bronquitis. Suele remitir por sí mismo, gracias a las propias defensas del organismo, al cabo de 3 a 6 días. Acude a tu médico para que te diagnostique y paute el tratamiento indicado.

Desde la alimentación podemos colaborar en nuestra curación y en la prevención de su padecimiento. Algunos nutrientes de consumo habitual resultan muy indicados para ello, siendo el más interesante para prevenir los catarros la vitamina C. Podemos encontrar esta vitamina en:

-Cítricos. Naranja, limón, mandarina, pomelo…son los referentes en los que pensamos cuando queremos aumentar el consumo de vitamina C y no nos equivocamos al hacerlo. Se recomienda un zumo de naranja por la mañana para fortalecer el sistema inmunitario de los virus que causan los catarros. Este vaso contiene también potasio y agua que rehidrata las mucosas que se secan con el catarro. Si eres capaz de beberlo, un zumo de limón 20 minutos antes de comer cualquier alimento es un excelente método depurativo que limpia el sistema linfático. Deben ser consumidos inmediatamente tras su preparación (porque la vitamina C se oxida rápidamente) para evitar que su contenido se vea reducido.

-Kiwi, grosellas, arándanos, frambuesas, etc. contienen una elevada proporción de vitamina C y pueden ser un recurso estupendo para quienes no toleran el sabor de los cítricos. Puedes comerlos directamente o incluirlos en un yogur, batido, con los cereales, en ensalada, etc. El mejor momento es el desayuno.

-Col, pimiento, berro y brécol, que presentan un porcentaje aún mayor de vitamina C que los anteriores. Se recomienda su consumo en crudo para aprovechar todo su potencial. Puedes añadirlas a las ensaladas y trocearlas en el momento en que vas a comerlas. Si las cocinas, evita excederte en el tiempo de calentamiento para evitar que se reduzca su concentración en vitamina C.

Puedes combinar varios de estos alimentos ricos en vitamina C preparando una ensalada refrescante. Utiliza como base brotes variados y añade: pimiento rojo, arándanos, tomate, ajo laminado, orégano, sal y aceite de oliva. Sustituye el vinagre por zumo de limón y disfruta de la experiencia.

Evita tomar suplementos que, aunque sean naturales, no deben ser consumidos sin control del médico. Si tu alimentación está equilibrada no los necesitas. Acude a la consulta y pregunta al experto si considera que debes tomar algo para mejorar tu salud. Es el único capacitado para recetar cualquier sustancia que debas consumir.