La importancia de las vitaminas

Carmen Reija

Una dieta sana y equilibrada hace imprescindible el consumo de frutas y verduras, pues son alimentos con una composición nutricional esencial (vitaminas y minerales) para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Para lograr un aporte adecuado de estas sustancias debemos tomarlas en los alimentos (fundamentalmente las frutas), pues nuestro cuerpo, en general, no puede fabricarlas. No todas las frutas tienen los mismos nutrientes ni en la misma cantidad, por lo que debemos diversificar su consumo.

10/02/2015

Las vitaminas son nutrientes necesarios en pequeñas cantidades para un funcionamiento normal del organismo y sirven para activar enzimas relacionadas con el metabolismo, la formación celular, la reparación de tejidos y otros procesos. La vitamina A se sintetiza en el cuerpo a partir de la pro-vitamina A o beta-caroteno, que ingerimos ...

Las vitaminas son nutrientes necesarios en pequeñas cantidades para un funcionamiento normal del organismo y sirven para activar enzimas relacionadas con el metabolismo, la formación celular, la reparación de tejidos y otros procesos.

La vitamina A se sintetiza en el cuerpo a partir de la pro-vitamina A o beta-caroteno, que ingerimos al comer vegetales o directamente a partir de la vitamina A presente en alimentos de origen animal. Muy abundante en alimentos como las verduras de color verde o coloración rojo-anaranjado-amarillento (zanahoria, tomate, espinacas, calabaza, etc.) y frutas (fresas, albaricoques, cerezas, melón y melocotón) ricas en carotenoides. El organismo es capaz de transformarlo en vitamina A, especialmente al ser consumidos frescos y crudos.

La vitamina C es un antioxidante natural que contribuye al crecimiento y reparación de los tejidos, favoreciendo la asimilación de otras vitaminas y minerales. Presente en frutas y verduras frescas y crudas, como kiwi, mango, piña, caqui, cítricos, melón, papaya, fresas, frambuesas, moras, sandía, pimientos, tomate, crucíferas (verduras de la familia de la col) y hortalizas en general. Se encuentra de manera casi exclusiva en estos alimentos de origen vegetal (con un contenido medio de 30-50 mg por cada 100g.). De las 5 raciones diarias de fruta, se recomienda que una sea rica en vitamina C.

Vitamina D, es la principal reguladora de la absorción cálcica. Presente en lácteos, yema de huevos, aceites de hígado de pescado, cereales enriquecidos, exposición solar, etc.

La vitamina E está presente en alimentos como frutos secos, cereales, espinacas y hortalizas de hoja verde, aceites vegetales, maíz, trigo, germen de trigo, etc. Su actividad antioxidante es fundamental para proteger al organismo del daño que los radicales libres generan en nuestras células.

La vitamina K es imprescindible para la coagulación sanguínea. Presente en hortalizas de hoja verde (espinacas, acelgas, perejil, etc.), verduras del grupo de las crucíferas, pescado, huevos, etc., también es sintetizada por las bacterias que colonizan nuestro intestino.

Las vitaminas del grupo B, (B1 y B6, sobre todo) son imprescindibles para el buen funcionamiento del sistema nervioso.

*La B1 (tiamina) participa en el metabolismo de los hidratos de carbono. Abunda en soja fresca, carnes, pescados, legumbres, gérmen de trigo, cereales integrales (avena), frutos secos (avellanas, pistachos, etc.), huevos, etc.

*La B2, beneficiosa para la piel y los ojos y la síntesis de ácidos grasos. Presente en carnes, lácteos, pescados, cereales y verduras.

*La B3, importante para la piel, el sistema nervioso y el digestivo. Se encuentra en carnes, vísceras, lácteos, huevos, cereales, levadura, legumbres, etc.

*La B6 (piridoxina) interviene en varios procesos metabólicos como la síntesis de serotonina a partir de triptófano. Se encuentra en gérmen de trigo, vísceras animales, pescado azul, quesos curados, frutos secos, legumbres, cereales integrales, levadura de cerveza, etc.

*La B12 colabora en la síntesis de la hemoglobina de los glóbulos rojos. Su procedencia se centra en productos de origen animal como pescados, carnes, lácteos, huevos y cereales enriquecidos.

*El ácido fólico. Presente en vísceras, verduras de hoja verde, legumbres, levadura de cerveza y frutos secos. Es fundamental para prevenir problemas en el bebé durante el embarazo y suele administrarse a la mujer gestante para evitar malformaciones en el feto. Se pierde en alimentos conservados y durante la cocción.

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