Existen nutrientes cuyas funciones son contrarias y puede ser necesario incrementar el consumo de alimentos ricos en aquellas vitaminas de las que estemos carentes. Una alimentación variada y equilibrada garantiza el aporte adecuado. No consumas suplementos salvo estricta indicación médica.

Según los expertos, las antivitaminas son antinutrientes, cuyo efecto es el de disminuir el valor nutricional del alimento que las contiene. En una alimentación sana y equilibrada, nutrientes y antinutrientes deben estar compensados para evitar estados carenciales que generen problemas de salud.

Entre las antivitaminas se engloban varias sustancias orgánicas presentes en alimentos de todo tipo que funcionan como antagonistas de las vitaminas. Debemos reconocerlas para poder neutralizar su acción, ya que desconocer su existencia puede desequilibrar el balance nutricional. Aunque son varias, podemos destacar:

-Avidina, es la antivitamina de la biotina o vitamina B7, a la que se une impidiendo su absorción y, como consecuencia, reduciendo sus niveles en el organismo. Se encuentra en elevada proporción en la clara de huevo cruda, por lo que se recomienda el consumo de este alimento bien cocinado para reducir su actividad, ya que el calor la destruye.

-Niacinógeno, la antivitamina de la niacina, a la que se une bloqueando su utilización por parte de nuestro organismo. Muy abundante en el maíz, se recomienda no abusar del consumo de este alimento.

-Lipooxidasa, antivitamina A se encuentra en las semillas de soja y es termoestable.

-Tiaminasa, antivitamina de la vitamina B1 (tiamina). Presente en café, coles, arándanos, peces, crustáceos y moluscos. No se ve afectada por el frío, por lo que, mientras mantenemos los alimentos en el frigorífico, está inactivando a la tiamina. Cuanto más tiempo pase, menor será la cantidad de vitamina presente en el alimento. Al cocinarlo, se inactiva la tiaminasa y el proceso de destrucción de tiamina se para. Para reducir su presencia en nuestro organismo se recomienda no abusar del consumo de pescados crudos (sushi) o moluscos (ostras), reducir el café y controlar la ingesta de alimentos ricos en vitamina B1 para complementar el balance.

-Ácido ascórbicooxidasa (u oxidasa), se considera la responsable de que los zumos de cítricos (naranja, limón, etc.) reduzcan el contenido en vitamina C si no se consumen tras su preparación. Su acción es inmediata y se inicia en cuanto trituramos el alimento (al hacer el zumo, por ejemplo). La oxidasa se desactiva al calentar, aunque también se pierde la vitamina C, lo que hace necesario ajustar muy bien la temperatura. Se encuentra en diferentes alimentos como: calabaza, pepino, melón, col, zanahoria, patata, tomate, guisante y los cítricos.

-Citral, otra posible antivitamina A presente en los aceites aromáticos de los cítricos. Se utiliza en la industria alimentaria para elaborar confituras, bebidas refrescantes y mermeladas, por ejemplo, normalmente en cantidades muy pequeñas que no resultan nocivas para la salud.

Sigue una dieta equilibrada con alimentos de todos los grupos y no te obsesiones con las vitaminas. La comida adecuada es suficiente para cubrir las necesidades diarias recomendadas por los expertos. Consulta cualquier duda a tu médico.