Carmen Reija
A pesar de que su función es imprescindible, es un órgano no muy conocido para la mayor parte de nosotros, lo que implica que lo cuidamos poco. Podemos destacar que sus funciones principales son el control del azúcar en sangre (mediante la producción de insulina) y la producción de enzimas (encargadas de digerir los alimentos y absorber los nutrientes).
Así, si el páncreas no funciona bien, no se aprovechan los nutrientes y se presentan déficits nutricionales porque la cantidad no es suficiente para realizar las funciones vitales. Esta situación se relaciona con un mayor riesgo de mortalidad por problemas asociados a los huesos, el corazón, las infecciones, etc. La pancreatitis ...
Así, si el páncreas no funciona bien, no se aprovechan los nutrientes y se presentan déficits nutricionales porque la cantidad no es suficiente para realizar las funciones vitales. Esta situación se relaciona con un mayor riesgo de mortalidad por problemas asociados a los huesos, el corazón, las infecciones, etc.
La pancreatitis se puede definir como una inflamación del páncreas y puede ser aguda (reversible) o crónica (irreversible). Normalmente las agudas no suelen ser graves, pero debes acudir al médico inmediatamente para que valore la situación. De manera general, podemos destacar que los síntomas incluyen: dolor de estómago que no se cura con el tratamiento farmacológico habitual, alteraciones digestivas, hinchazón abdominal, pérdida de peso, diarreas frecuentes, etc. Acude a tu médico.
Las recomendaciones generales pasan por modificar tu estilo de vida y mejorar tu dieta. A nivel de tus hábitos, debes evitar el sedentarismo y hacer ejercicio físico moderado habitualmente. Caminar, bailar o nadar pueden ser soluciones perfectas para empezar a activarte si eres una persona sedentaria. El alcohol y el tabaco son tóxicos para el páncreas. Debes evitar absolutamente su consumo porque los estudios indican que hay personas más propensas a su efecto y una pequeña cantidad ya le afecta enormemente.
A nivel nutricional, los expertos aconsejan seguir una alimentación rica en frutas y verduras, con pocas proteínas y grasas animales y alta proporción de vitamina D para proteger al páncreas. Inciden especialmente en que debemos consumir lácteos porque son una fuente perfecta de vitamina D. Si optas por los desnatados, elige los enriquecidos en vitamina D. Si eres alérgico a la lactosa, puedes tomar quesos y yogures en los que está degradada y no resultan tan malos. Evita tomar suplementos salvo indicación médica. Incluye antioxidantes en tu dieta, pues son los encargados de eliminar los radicales libres. Puedes encontrarlos en frutas, verduras, aceite de oliva, té verde y frutos secos.
Se recomienda:
-Té verde, es un perfecto sustituto del café que cuida tu organismo.
-Aguacates, con vitamina E.
-Frutos rojos (moras, fresas, frambuesas, arándanos, etc.)
-Brócoli o brécol contiene indoles.
-Coles verdes (repollo, coles de Bruselas, col, etc.), con vitamina C, betacarotenos y compuestos ricos en azufre.
-Zanahorias, ricas en betacarotenos y provitamina A.
-Cítricos (naranja, limón, pomelo, mandarina, etc.) presentan una elevada proporción de vitamina C.
-Las uvas contienen resveratrol que activa las enzimas del páncreas.
-El tomate contiene una elevada proporción de licopeno.
Puedes conseguir todos estos nutrientes realizando un menú adecuado. Consulta a tu médico o a un especialista en dietética y nutrición para adaptarlo a tus necesidades. Te proponemos: ensalada de aguacate y tomate, macedonia de arándanos y zumo de naranja, uvas con queso, menestra de zanahoria y coles de Bruselas, bizcocho de té verde y frambuesas, zumo de pomelo y fresas, etc.
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