Un sueño de arquitectura sostenible ya es la nueva atracción de Londres

Cristina Lliteras

Más de dos décadas en la industria de la construcción fraguaron un nuevo concepto de hogar para Carl Turner. Slip House es el nombre con el que bautizó su apuesta más revolucionaria en diseño y en consumo energético, una casa de tres plantas en Brixton, al sur de la capital británica.

29/01/2014

Slip House puede definirse sencillamente como tres cajas de hormigón y acero del mismo tamaño, colocadas una sobre otra horizontalmente y envueltas majestuosamente en un marco de cristal. Esta cobertura de vidrio fue una respuesta a la prioridad de la casa, que era construir una terraza superior debido a que ...

Slip House puede definirse sencillamente como tres cajas de hormigón y acero del mismo tamaño, colocadas una sobre otra horizontalmente y envueltas majestuosamente en un marco de cristal. Esta cobertura de vidrio fue una respuesta a la prioridad de la casa, que era construir una terraza superior debido a que el escueto solar no dejaba lugar para un jardín. “Los planes de construcción británicos no permiten este tipo de terrazas, porque puedes espiar los jardines del vecindario, por lo que la única manera de tener una azotea es elevar las paredes, por eso construimos nuestro skygarden”, explica Turner.

Tal y como reconoce el arquitecto, su sueño era levantar una casa “de diseño contemporáneo y muy bonita, porque en Reino Unido la gente todavía duda de sus posibilidades”. Aunque Slip House fue primero una pieza de arquitectura, lo cierto es que hoy es inevitable añadir “de diseño sostenible” a su nombre. “No tenemos un nivel 0 de carbono, se trata simplemente de intentar consumir menos. Nunca hubiéramos podido llegar al máximo nivel, porque hemos usado hormigón y acero. Nunca habíamos diseñado un edificio de bajo consumo energético, aunque ahora éste es el elemento distintivo de esta casa, especialmente si se compara con la mayoría de casas de nivel 5, en general muy sencillas, tipo bungalow, y sin ninguna ambición arquitectónica”, asevera Turner.

Una vez las líneas ya estaban sobre papel, el artífice de Slip House y su esposa se centraron en conseguir la máxima eficiencia energética. De este modo, todas las luces de la casa son LED y de baja energía. De hecho, toda la iluminación artificial de Slip House equivale al consumo de una bombilla de 200 Kw. Además, el cristal exterior permite una interesante luz natural incluso durante la noche. Además, todos los grifos tienen un chorro reducido para conseguir un mínimo consumo de agua, que se calcula en 80 litros por persona, frente a los 120 de una casa convencional. La casa tiene también un tanque con capacidad de 2.500 litros que almacena agua entre la azotea y la tercera planta, que puede vaciarse o llenarse automáticamente en caso de necesidad.

Pensado como un espacio que mezcla hogar y oficina, Slip House se divide en tres plantas. La inferior es actualmente el despacho de arquitectos Carl Turner y en la primera planta se encuentran dos modestos dormitorios casi idénticos, que se cierran con unas puertas correderas y sin tiradores. Entre las dos habitaciones, el baño ocupa un original rincón enmarcado por dos puertas de cristal translúcido que se deslizan. “Al abrirlas –explica Turner–, uno se olvida de los pasillos y es más como una suite de espacios interconectados con los dormitorios”. Ocupa el lugar más oscuro de la planta al ser el espacio menos transitado, y cuentan con unos techosmás bajos que aportan calidez e intimidad.

Si el edificio es un espacio muy público, la segunda planta es lo más privado de la casa. Una mesa y un sofá son probablemente los muebles más amplios del lugar. Ambos son la esencia de la cocina y el salón que preparan la subida a la azotea con una puerta corredera con vistas al cielo. “Caben unas veinte personas y tiene vistas de todo Londres, aunque se parece más a una terraza en Los Ángeles o Barcelona”. Esta terraza describe perfectamente el concepto de Slip House, una apuesta por la sencillez que da como resultado espacios mínimos y especiales.

La segunda planta representa además el debate matrimonial entre tener cosas escondidas o a la vista, o lo que es lo mismo, los gustos de Mary y Carl. “El tercer piso representa mi victoria, porque hay libros en las estanterías, pero todo está bastante escondido, era el requerimiento de Mary. He intentado psicoanalizarla bastante, pero no estoy seguro de por qué es tan importante para ella el minimalismo. Creo que los dos nos sentimos muy seguros así, es algo de hacerse mayor juntos”, relata el diseñador. Lo cierto es que el particular triunfo de Mary ha dado como resultado un espacio de gran unidad visual pese al híbrido de acero y maderas plywood y timber frame, que consigue un entorno calmado y sencillo, que combina los estilos mediterráneo y nórdicos.

Un año tras la inauguración de Slip House, los esfuerzos de Carl y Mary han tenido su recompensa, ya que después de hipotecarse para invertir 550.000 libras en el proyecto, la casa está hoy valorada en un millón y medio de libras. Aunque reconocen que de momento no ha sido fácil vivir en una pieza tan singular, ambos están seguros de haber dado forma al hogar en el que quieren envejecer, al menos, durante más de un año.

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