Llega el otoño y puedes seguir disfrutando del aire libre en el campo y aprovechar esos momentos para recoger setas, castañas, higos o cualquier otro producto típico de esta época. Debes ser precavido porque encontrarás especies tóxicas que pueden ser confundidas fácilmente con las que no lo son. Antes de tocarlas (porque pueden provocarte una reacción alérgica) o consumirlas (porque pueden ser tóxicas), consultad a un experto para evitar problemas.

Para recogerlas se debe retorcer o cortar la base del tallo sin coger frutos incompletos o con mal aspecto. Se introducen en un cesto (no en una bolsa de plástico ni unas sobre otras amontonadas). Al llegar a casa puedes guardarlas en la nevera enteras durante cinco días como máximo.

Entre las comestibles que con más frecuencia te puedes encontrar destacarían las especies: Boletus, Agaricus, Níscalo, Lepiota, Pleorotus, etc. y, entre las venenosas, señalaríamos: Amanita, Morchella y Tricholoma. No te fíes de tu criterio mirándolas en una guía o en cualquier página de internet, pues no es tan fácil diferenciarlas, así que no debes consumirlas o recogerlas sin estar absolutamente seguro de que no son tóxicas.

El efecto tóxico que puede ser mortal se debe a la presencia de ciertas toxinas (anatoxina, muscaridina, falotoxina, etc.) que provocan alteraciones en diferentes órganos, especialmente el riñón. Los síntomas de la intoxicación son variables y podemos destacar vómitos, diarreas, dolor abdominal, alteraciones cardíacas, etc. Pueden presentarse inmediatamente o tardar más…

Su composición nutricional es similar aunque la especie sea diferente. Son muy bajas en calorías (por ejemplo, el champiñón sólo aporta 15 calorías por cada 100 gramos) y grasas y contienen agua, fibra, vitaminas (C, D, A y del grupo B) y minerales (potasio, calcio, magnesio, fósforo, etc.)

Las opciones de consumo son variadas:

-Pueden constituir un plato en sí mismas, salteadas con ajo, pimiento y aceite, evitando añadir alimentos que incrementen el contenido calórico.

-En menestra. Puedes cocer otras verduras (judías, patata, zanahoria, guisantes, etc.), rehogar las setas con un poco de aceite de oliva y mezclarlas para comer.

-Como acompañamiento de otros platos, del tipo de la tortilla francesa, pescado a la plancha o filete de pollo.

-En revuelto. Es una opción sencilla de preparar y muy nutritiva. Puedes usar setas frescas o los champiñones enlatados a la venta en centros de alimentación.

-En ensalada con gambas, gulas, etc. Puedes usar varios ingredientes para equilibrarla nutricionalmente. Como ejemplo: patatas cocidas, gambas cocidas, rábanos y setas frescas (que debes rehogar en la sartén). Lo mezclas y aliñas con aceite de oliva virgen, sal y orégano; obtendrás una ensalada templada que constituye una cena muy adecuada.

-En el postre. Helados de trufas, leche frita con setas, etc. pueden resultar muy apetecibles. Pruébalos.