Aunque son muy numerosos, hemos seleccionado algunos que resultan muy interesantes para la salud:

Acido fólico, vitamina hidrosoluble del complejo B necesaria para la formación de proteínas y hemoglobina. Presente en vísceras, verduras de hoja verde, legumbres, levadura de cerveza y frutos secos. Fundamental para prevenir problemas en el bebé durante el embarazo, suele administrarse a la gestante.

Ácido oleico, es un ácido graso monoinsaturado presente en aceites de origen vegetal que actúa a nivel de los vasos sanguíneos y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. El de oliva es el buque insignia de la cocina mediterránea y puedes usarlo refinado (para freír, asar, etc.) o sin refinar (para comidas en crudo como ensaladas o verduras cocidas). Lee bien la etiqueta para saber lo que compras.

Betacaroteno o "provitamina A", de la familia de los carotenoides de los vegetales, el organismo es capaz de transformarlo en vitamina A. Es un buen antioxidante con efectos beneficiosos sobre el envejecimiento. Muy abundante en alimentos como las verduras de color verde o rojo-anaranjado-amarillento (zanahoria, tomate, espinacas, calabaza, etc.) y frutas (fresas, albaricoques, cerezas, melón y melocotón).

Fructosa, es un azúcar presente en los vegetales, las frutas y la miel. Algunos expertos señalan que puede ser causante de obesidad y aparición de problemas como la diabetes tipo 2, la gota, etc. Cuidado con los intolerantes a la fructosa…que hay más de los que pensamos.

Oligosacáridos, son sustancias prebióticas que estimulan el crecimiento de las bacterias que habitan en nuestro colon. Podríamos considerarlos “vitaminas selectivas” para las propias bacterias intestinales beneficiosas. Los más utilizados son la inulina y la oligofructosa, presentes de manera natural en vegetales como plátanos, cebollas, tomates, ajos, puerros, etc. Se cree que favorecen la absorción intestinal de calcio, actúan a nivel inmunológico, reducen la presencia de bacterias nocivas, favorecen la eliminación de tóxicos, etc.

Polifenoles, son compuestos con capacidad antioxidante que han adquirido un mayor interés en estos últimos años, pues se les atribuyen propiedades antiinflamatorias, antiagregantes, etc. y se considera que reducen la aparición de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Se conocen miles de polifenoles distintos, siendo los más frecuentes los flavonoides. Están presentes en muchos vegetales (manzana, uva, cerezas) así como en el vino tinto y el té verde.

Vitamina E (tocoferol), vitamina liposoluble muy abundante en: germen de trigo, aceite de soja, germen de cereales o cereales de grano entero, aceite de oliva, vegetales de hoja verde y frutos secos. Su actividad antioxidante es fundamental para proteger al organismo del daño que los radicales libres generan en las células, aunque sus funciones son variadas. Un exceso tampoco es conveniente, pudiendo provocar sangrados y hemorragias a varios niveles.