Se ha confirmado que la transformación a la que sometemos a los alimentos antes de consumirlos puede generar compuestos nuevos y con efectos negativos sobre nuestro organismo. Mantener unas pautas saludables evitando reutilizar el aceite para freír o consumiendo los alimentos “poco hechos” puede ayudarnos a mantener nuestra salud.

Hemos seleccionado algunos de los elementos, alimentos y procesos que resultan más perjudiciales. Serían:

-Aceite. Cuando se calienta en exceso para freír los alimentos puede degradarse y generar sustancias perjudiciales, por lo que, para evitarlo, se han reducido sus concentraciones (especialmente de derivados del benceno y aldehídos) que podrían causar daños hepáticos y otros problemas de salud. Elige aceite de oliva porque es el que menor cantidad produce al ser calentado, evita reutilizarlo en exceso y observa si cambia de color o presenta espuma.

-Ácidos grasos trans. Son ácidos grasos insaturados que, aunque no formen parte de la composición inicial del alimento, se generan cuando lo sometemos a determinados procesos industriales. Su consumo excesivo afecta a la salud y debe ser controlado.

-Fructosa. Presente en platos elaborados, por ejemplo, su consumo se asocia a la aparición de la obesidad y los problemas relacionados con ella. Debemos evitar el abuso.

-Furano. Es un compuesto orgánico que puede presentarse en alimentos sometidos a procesos industriales a altas temperaturas y al que se le reconoce un efecto nocivo sobre la salud humana.

-Nitritos. Utilizados como conservantes habituales, se relacionan con la posibilidad de padecer alergias y patologías cuando su ingesta es continuada.

-Patatas. La solanina presente en las partes verdes o en los brotes de las patatas, consumida en dosis muy elevadas puede afectar al sistema nervioso provocando síntomas similares a los de una resaca por consumo de alcohol. Los sistemas de control garantizan la seguridad de su consumo (pues seleccionan los lotes que no la presentan), pelarla bien y conservarla en lugar oscuro y seco reduce su concentración.

-Pesticidas. Sustancias químicas utilizadas para el control de plagas que, de no ser adecuadamente eliminados, pueden pasar a nuestro organismo al consumir los alimentos en los que se encuentran.

-Temperatura. Muchos alimentos al ser cocinados a altas temperaturas, pueden generar acrilamida e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) que resultan tóxicos para el organismo. Se originan al cocinar carne o vegetales, por ejemplo, por lo que debemos evitar el consumo de alimentos excesivamente “pasados”, siendo mejor decantarse por la comida “al punto”.

No temas a la comida porque cualquiera de estas sustancias está sometida al control sanitario adecuado y no alcanzan niveles nocivos para la salud de los consumidores. Evita la ingesta excesiva de productos elaborados y no cocines excesivamente los alimentos. Tu organismo te lo agradecerá.