Es un pescado blanco de agua dulce, perteneciente a la familia de los pangásidos y cuyo nombre científico es Pangasius hypophtalmus. Puede llegar a medir un metro cincuenta y pesar unos 45 Kg. al llegar a su etapa adulta. Vive en ríos y lagos del sureste de Asia y se puede encontrar en piscifactorías de esa zona y en algunas europeas, debido a que su consumo se ha popularizado. España es uno de los principales países importadores porque su consumo se ha disparado en los últimos años dada su versatilidad.

Su precio bajo se relaciona con la facilidad de producción que presenta. Se aprovecha casi completamente porque se elabora en forma de filetes, se envasa y, normalmente, se congela para su distribución. Es fácil de comer, especialmente para los niños y las personas mayores, porque no tiene espinas y les resulta muy cómodo. En los diferentes puntos de venta puedes encontrarlo fresco o congelado.

A nivel nutricional, destacaría que contiene menos proteínas y ácidos grasos omega 3 que otros pescados de su categoría. También destacaría que 100 gramos aportan aproximadamente 90 calorías y un 4.4% de grasa, según datos de la OCU, por lo que suele recomendarse en dietas de adelgazamiento.

Es muy fácil de cocinar porque ya viene “preparado” para cualquier elaboración. Puedes comerlo cocido, asado, a la plancha, en papillote, etc. Se cocina rápidamente y es muy fácil de comer porque no hay que sacar espinas continuamente. Una idea para elaborar una cena rápida sería hacerlo al horno. Para ello, debes cubrir la base de la fuente con aceite de oliva y cebolla cortada en rodajas de grosor medio. Colocas encima los filetes de panga lavados. Añades sal, ajo y perejil y dejas que “coja sabor”. Lo introduces en el horno a 180 grados unos 15 minutos. Puedes acompañarlo con quinoa, arroz blanco, puré de patata, ensalada o lo que más te guste.

Algunos países han prohibido su importación basándose en la presencia de sustancias contaminantes, metales pesados, herbicidas, bacterias y antibióticos. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria ha señalado que cualquier alimento a la venta en nuestro país ha superado los análisis realizados por las autoridades competentes, por lo que su consumo no es dañino para la salud. Los organismos encargados del tema sanitario excluyen cualquier alimento nocivo para nuestra salud, por lo que el pez panga, que está autorizado para la venta, no representa ningún problema. Lo que sí señalan es que debe formar parte de una dieta equilibrada y limitar su uso: una vez a la semana los adultos y cada quince días los niños.