No es imposible mantener una dieta ya iniciada previamente durante las vacaciones. Puedes aprovechar las ventajas del consumo de alimentos saciantes que no suelas consumir a diario como los frutos secos o los encurtidos para disfrutar tus aperitivos. También estaría permitido beber vino blanco (que aporta aproximadamente 80 calorías), vino ...
No es imposible mantener una dieta ya iniciada previamente durante las vacaciones. Puedes aprovechar las ventajas del consumo de alimentos saciantes que no suelas consumir a diario como los frutos secos o los encurtidos para disfrutar tus aperitivos. También estaría permitido beber vino blanco (que aporta aproximadamente 80 calorías), vino tinto (con polifenoles saludables), cerveza (diurética y rica en vitaminas del grupo B) o cócteles (sin azúcar y con zumos naturales preferentemente). Los platos principales deberían ser ricos en proteínas (carne de pollo, conejo y pavo o pescados a la plancha, revueltos con verduras, marisco, etc.) o ensaladas (con legumbres, fruta, pavo, etc.) aliñadas con aceite de oliva virgen y especias.
Si padeces alguna patología asociada a la alimentación como la hipercolesterolemia o la diabetes, debes mantener las pautas indicadas por tu médico en todo momento. No puedes dejar tu medicación ni consumir alimentos prohibidos por el especialista porque tu salud nunca está de vacaciones y puede presentarse un serio problema (una subida de glucosa, por ejemplo, si te olvidas de la medicación o te dedicas a comer productos azucarados prohibidos habitualmente).
Mantener unos hábitos saludables puede ayudarte a controlar tu peso también es este período. Sería recomendable hacer ejercicio diariamente, beber 2 litros de agua diarios (alcalina y con bicarbonato que estimula la digestión y neutraliza la acidez estomacal), comer 5 veces al día (pequeñas raciones que evitarán que llegues a la siguiente comida con la ansiedad disparada), evitar las comidas fritas, consumir frutas y verduras en abundancia (así la cantidad de fibra que ingieres te ayudará a mantener tu ritmo intestinal) y beber infusiones diuréticas que te ayuden a eliminar toxinas (té verde, manzanilla, boldo, etc.)
Sería recomendable evitar el consumo de hidratos de carbono (pan, pasta, etc.), limitar la sal (para evitar la retención de líquidos) y no abusar de los dulces (un helado natural no resulta excesivamente peligroso para tu régimen).
Si crees que has sobrepasado tus límites y necesitas minimizar el riesgo de aumento de peso, sería recomendable:
-Aumentar el tiempo que dedicas a hacer ejercicio. No es imprescindible acudir al gimnasio (aunque sí conveniente). Disfruta de un paseo por la arena de la playa o por el campo, pedalea en la bicicleta al aire libre, patina por una zona segura, etc.
-Desintoxica tu organismo. Consume mayor proporción de los alimentos considerados desintoxicantes como el caqui, el yogur con bifidus, germinados, puerros, cebolla, pomelo, sandía, etc.
-Acude a darte un masaje. Siempre es un placer pero, además, puede resultar tonificante y purificante (como ocurre con el drenaje linfático, por ejemplo).
No es tan complicado como puede parecerte. Mantener unos hábitos saludables y disfrutar de tus vacaciones resulta compatible. Selecciona tus preferencias, adáptate a la situación que estás viviendo y disfruta el momento.
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