La Semana Santa de Andalucía es la más famosa y multitudinaria del mundo. En Sevilla, la más pasional de todas, son protagonistas imágenes como las de Jesús del Gran Poder, la Esperanza de Triana o la Macarena, sacadas a hombros bajo palios de terciopelo y con bordados de oro, acompañadas por miles de nazarenos y por el fervor desmesurado del público.

La pasión y el fervor de la Semana Santa sevillana tienen su contrapunto en Castilla, donde se celebra la Semana Santa más sería y sombría de toda España. En Valladolid, un silencio absoluto acompaña el paso de las imágenes, que son verdaderas obras de arte de los escultores más relevantes del Barroco español, como Berruguete, Juan de Juni o Gregorio Fernádez.

Una de las celebraciones de Semana Santa más polémicas es sin duda la que tiene lugar en San Pedro Cutud, Filipinas, donde se representa el juicio, pasión y crucifixión de Cristo de una manera muy realista. El supuesto Mesías recorre a pie dos kilómetros con una pesada cruz y una corona de espinas real, para después ser crucificado junto a otros diez elegidos, a los que se los sujeta a la cruz con clavos verdaderos en pies y manos.

La Semana Santa de Perú es realmente peculiar, ya que mezcla tradiciones católicas e indígenas en el marco incomparable de los Andes. En Cuzco se venera durante estos días al Señor de los Temblores, una imagen sobrecogedora de Cristo con rasgos indígenas, famosa por haber salvado a la población del terremoto que tuvo lugar en 1650.

En Sicilia se conservan algunas de las celebraciones tradicionales de Semana Santa introducidas por los españoles durante la ocupación de los siglos XV a XVIII. En la localidad de Trápani se celebra el Teatro de los Misterios, donde se representan todos los hechos de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. El Jueves Santo en la población de Marsala tiene lugar el Desfile de las Verónicas, donde participan las jóvenes del pueblo engalanadas con joyas y con el rostro cubierto por un velo.

Otra peculiar celebración de Semana Santa es la de Braga, Portugal. Allí el Viernes Santo tiene lugar la procesión del Ecce Homo, en la que participan unos curiosos personajes llamados Farricocos, que aparecen con la cabeza rapada, los pies descalzos y vistiendo túnicas.