El análisis previo de la escena que queremos fotografiar y unas cuantas normas de composición resultan fundamentales para conseguir la toma perfecta.
Para obtener una buena fotografía hay dos maneras de actuar: disparar decenas de imágenes para descubrir cuando las descargamos si alguna realmente nos convence, o planificar y analizar la escena para centrar nuestra atención de manera especial en lo que queremos fotografiar. El segundo modus operandi resulta mucho más productivo ...
Para obtener una buena fotografía hay dos maneras de actuar: disparar decenas de imágenes para descubrir cuando las descargamos si alguna realmente nos convence, o planificar y analizar la escena para centrar nuestra atención de manera especial en lo que queremos fotografiar. El segundo modus operandi resulta mucho más productivo y nos permitirá empezar a controlar los resultados de nuestras capturas, en lugar de confiarnos a la suerte.
Cuando estamos ante una escena que nos atrae, debemos darnos cuenta por qué nos resulta atractiva, y ése será el motivo de la fotografía. El que nos permitirá adoptar un enfoque, una distancia, un punto de vista… y dejar fuera de nuestro encuadre otros elementos que le resten protagonismo.
La composición de la foto es el siguiente paso que debemos dar, empezando por el formato: vertical u horizontal. Aunque en principio suele usarse la norma del formato vertical para retratos e imágenes en las que predominen las líneas verticales; y el horizontal para paisajes y predominio de líneas horizontales, depende de las decisiones personales y creativas de cada uno el hecho de experimentar.
El punto de vista es otro aspecto que imprimirá carácter a nuestras imágenes. Puede enfatizar cualquier situación, un punto de vista bajo da una sensación de persona poderosa y dominante, y un punto de vista alto convierte en débil e insignificante a cualquiera. Para hacer retratos se recomienda un punto de vista a nivel de la mirada de la persona, para dar una imagen lo más fiel y realista posible.
La regla de los tercios es la más importante en cuanto a composición. Basada en la “Proporción Áurea”, se estableció en el mundo del arte como fórmula para distribuir el espacio en el lienzo o en arquitectura. De esta fórmula se extrae que, si dividimos la imagen en tres tercios iguales, bien sean verticales u horizontales, las líneas que pasan por esos tercios son las zonas que reciben una mayor atención e importancia visualmente hablando, por lo que debemos intentar que los objetos o sujetos que queremos que reciban una mayor atención se localicen en esas líneas. Uno de los errores clásicos por no atender a la regla de los tercios es fotografiar el horizonte situándolo en el medio de la foto, con lo que pierde todo el interés.
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