Aceite esencial de lavanda

Carmen Reija

Las aplicaciones de esta planta se conocen desde hace muchos años y no ha dejado de utilizarse. Actualmente se centran en su capacidad relajante y para el tratamiento de problemas dermatológicos.

07/05/2014

Aunque su nombre común es lavanda, la denominación científica es Lavandula angustifolia, Lavandula vera o Lavandula officinalis según la especie de que se trate. También se la conoce como espliego y pertenece a la familia de las labiadas. Es un arbusto leñoso de hoja perenne que puede llegar a medir ...

Aunque su nombre común es lavanda, la denominación científica es Lavandula angustifolia, Lavandula vera o Lavandula officinalis según la especie de que se trate. También se la conoce como espliego y pertenece a la familia de las labiadas. Es un arbusto leñoso de hoja perenne que puede llegar a medir hasta un metro de altura. Sus hojas son lineales y estrechas de color verde-grisáceo y las flores surgen en espigas azules. Crece mejor en ambientes secos, aunque también se encuentra distribuida en zonas húmedas, preferiblemente de suelos calcáreos, aunque sean pedregosos y pobres en humus.

En fitoterapia se utilizan primordialmente las flores —aunque también los tallos— donde se concentran los componentes químicos activos farmacológicamente. Contiene más de 300 diferentes en función del suelo, clima, condiciones de cultivo, etc.; destacan el linalol (alcohol) y el acetato de linalilo (éster procedente del alcohol). También presenta cineol, lavandulol, geraniol, etc. y un bajo contenido en alcanfor.

Por destilación se obtiene el aceite esencial de aroma fresco, incoloro o amarillo pálido, con diversas aplicaciones, pues se le atribuyen numerosas propiedades farmacológicas relacionadas con sus principios activos. Se considera el más útil y versátil para usos terapéuticos: sedante, antiespasmódico, antiinflamatorio, hipotensor, antiséptico, analgésico, antibiótico, etc.

Además de sus propiedades sobre el sistema nervioso (antidepresivo, tranquilizante, etc.), puede usarse para tratar problemas de la piel (picaduras, ampollas, espinillas, etc.). Sus principales acciones serían:

-regenerante celular en caso de quemaduras de cualquier origen,

-cicatrizante de heridas, arañazos, etc.,

-antiséptico (inhibe el crecimiento de bacterias) en cualquier afección dermatológica (cuperosis, acné, etc.),

-antifúngico,

-desodorante.

Presenta la ventaja de que puede ser aplicado sobre cualquier tipo de piel (seca, grasa, acneica, sensible, etc.) y su acción puede considerarse rejuvenecedora y regeneradora. Se mezcla muy bien con gran número de esencias, especialmente con las procedentes de flores y cítricos. Al combinarla con otros aceites esenciales se potencia su efecto, y a su vez los potencia a ellos. No resulta conveniente la mezcla con aceites exóticos.

Los estudios demuestran que no presenta toxicidad aguda, no es irritante, no sensibiliza y muy pocas personas presentan reacciones alérgicas, pero no se puede abusar de su uso. Consulta al especialista y recuerda que resulta muy recomendable una infusión de lavanda para calmar los nervios.

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