Lo anuncia una frase en la puerta: "Aquí puedes hacerte todos los selfies que quieras". La promesa simple esconde un descubrimiento que aún no se le había ocurrido a nadie, y que está triunfando en Barcelona: Un lugar en el que la vanidad no es pecado y donde mirarse al espejo es ley. Un espacio con una veintena de sets fotográficos que da la vuelta a la vida real: Fuera de aquí posar para un selfie ante un decorado que nos ha parecido atractivo implica pausar por un momento el resto de actividades para encontrar la mejor toma. Aquí, en the set lab, la proporción se invierte: en un planeta pensado para ser fotografiado desde todos los ángulos cada minuto sin hacerse un retrato es tiempo perdido.

Lo dice Miguel (o @miguel.agr.91 en Instagram que para eso estamos aquí): "Es perfecto que haya tantos espacios bonitos juntos y que no tengas que dar vueltas durante horas por la calle para sacar cuatro fotos buenas". Aquella doble vida que despliegan las redes (la virtual y la analógica) sobre la que tanto se teoriza cuando se habla del tema difumina aquí sus límites. Según Ariana (@ariiiana97 ), "Muchas veces haces algo en la calle por lo cual te miran raro, pero que luego triunfa una barbaridad en redes sociales".

En las escaleras que dan acceso al sótano donde están los decorados hay grabado un mensaje: "Be yourself". Aquí, durante el tiempo que se quera pagar, uno se mira, se retrata, se gusta. Uno es uno mismo y se expresa como quiere ante la cámara. Lo dice también Ariana: "Cada una de las amigas con las que he venido tiene un set de fotos que se ajusta mejor a su personalidad". La que tiene y la que muestra en Instagram. ¿Acaso hay diferencia entre la una y la otra?

Alicia en el país del selfie

En todo caso, los trece euros que cuesta el espacio durante 60 minutos no buscan dar respuesta a esta pregunta. Bajar las escaleras pisando el mensaje que te invita a ser tu mismo recuerda al momento en que Alicia llega al país de las maravillas cayendo por el hueco del árbol. Ella seguía al conejo, nosotros seguimos la luz. Los que llegan a The Set Lab reciben un palo selfie, un trípode y un aro luminoso que ayuda a mejorar la calidad de las fotos. Los sets bien iluminados, los escenarios coloridos, imposibles, uno al lado del otro. La fantasía de ser por una hora modelo y fotógrafo profesional.

En una estancia con cuatro esquinas hay cuatro sets distintos. Con solo girar sobre uno mismo pasamos de una tienda de cajas de cereales a un pastel con piruletas gigantes, para luego ir un salón en navidad o a la portada en blanco y negro (guitarra incluida) de un disco de rock and roll. Los más populares: las mencionadas cajas de cereales y una piscina de bolas de color azul claro. Por estos espacios pasan, según la empresa, unas 20 personas por día entre semana y hasta el doble los fines de semana. Hagan la prueba: Ahora que saben esto naveguen por Instagram y no tardarán en encontrar alguno de los escenarios mencionados.

365 fotos para 365 días

Lorena (@Lorelainnnnne) tiene, a día de hoy, su perfil lleno de fotos que, ahora que hemos visitado el espacio, sabemos que son del Set Lab. Ya lo decía, "en una hora tengo fotos para todo el año". Es la gracia de tener tantos espacios distintos, que creas material para muchos días diferentes. Lorena tiene 15 mil seguidores, muchos para muchos, pero pocos para algunas de las cantantes de Operación Triunfo y otras influencers que han pasado por aquí, cuyos millones de seguidores ya tienen grabada en su retina el pertinente retrato con caja de cereales.

Igual, los seguidores que se tengan no importan tanto como los que se espera tener una vez se cuelguen las fotos. La escuela de postureo está, justamente, para aprender a ser en las redes. Y Y aunque aquí también se ofrecen clases y talleres de fotografía, nada como la práctica para desarrollar el talento. Así que aro de luces, palo de selfie y acción, que comience la sesión.