El lunes 18 de enero está marcado en el calendario como el Blue Monday, es decir, el día más triste del año. La cuesta de enero está en pleno apogeo, las inclemencias del invierno en su punto álgido (ejem, Filomena), y retomar la rutina tras los excesos navideños es una tarea más complicada de lo que esperábamos.

El Blue Monday suele caer en el tercer lunes del año, si bien no hay evidencia científica que sugiera que ese día en concreto sea más o menos deprimente que cualquier otro día.

¿De dónde viene el concepto?

Todo empezó en 2005, cuando el psicólogo Cliff Arnall se propuso diseñar una fórmula para calcular cuál es el peor día del año. Además del clima, los restos de la superabundancia navideña y las frustradas resoluciones del año nuevo, Arnall también incluyó en sus pesquisas los niveles de motivación y la necesidad de tomar medidas.

Ahora bien, esta fórmula tiene su origen en una campaña publicitaria para la desaparecida compañía de viajes Sky Travel. Por lo tanto, muchos profesionales la han cuestionado. Incluso el propio Arnall ha hecho campaña en su contra con el #StopBlueMonday, iniciativa del gobierno canario que defendía el mensaje de que "no dejes que esta fórmula te dé permiso para reír o llorar. Estas 24 horas te pertenecen, no dejes que nadie te las arrebate, ni siquiera un tal Cliff Arnall".

Lo cierto es que más de 15 años después, a pesar de sus orígenes pseudocientíficos, el Blue Monday sigue siendo tendencia en las redes sociales cada año, convertido en una gran campaña de marketing que lo utiliza como una oportunidad para impulsar productos de bienestar, artículos Fitness u otras herramientas de superación personal y que aumente la felicidad aunque sea de forma inmediata.

Contrarrestarlo con pequeños gestos

Así que, sea una teoría más o menos cierta puede que para muchos no sea un día demasiado agradable. No obstante, plantarle cara no es tan difícil, y tampoco hace falta pasar por el aro del consumismo. Vencerlo es cuestión de pequeños gestos.

Acuéstate temprano el domingo por la noche. Tu cuerpo te lo agradecerá al día siguiente. Prepárate para dormir utilizando una rutina útil a la hora de acostarte, como tomando un baño tibio y limitando el uso de las pantallas. Además, planifica el horario del lunes, te ayudará a sentirlo todo bajo control. Recuerda dejar tiempo para almorzar sin prisas, incluso mejor si es con un amigo. Y si no, queda con él o ella para cenar para reíros con las anécdotas de las comidas familiares de la Navidad.

Por otro lado, quema algo de energía. Ve a esa clase de gimnasia, a nadar a la piscina o camina hasta que te sientas un poco mejor. Las endorfinas que produce el ejercicio en el cuerpo son antidepresivos naturales y ayudarán a mejorar el estado de ánimo.

Pero sobre todo, no te presiones. Si no te apetece hacer nada de esto, ¡no lo hagas! En su lugar, haz algo que realmente te guste. En solo 24 horas llega el martes, y puede ser un día mucho mejor.