Su nombre científico es Valeriana officinalis, procedente del latín valere que significa estar bien, aunque se conoce como hierba de los gatos o valeriana. El nombre utilizado depende de la zona en la que te encuentres. La fitoterapia utiliza para elaborar sus formulaciones tres partes de la planta: rizoma, raíz y ...
Su nombre científico es Valeriana officinalis, procedente del latín valere que significa estar bien, aunque se conoce como hierba de los gatos o valeriana. El nombre utilizado depende de la zona en la que te encuentres.
La fitoterapia utiliza para elaborar sus formulaciones tres partes de la planta: rizoma, raíz y espolones. Son ricos en un aceite esencial de sabor amargo y olor desagradable muy característico presente en la planta antes de ser procesada en el laboratorio.
Para preparar los productos de fitoterapia se emplea la droga pulverizada en cápsulas, infusiones, decocciones, extracto fluido o seco y tinturas cuyas dosis deben ser consultadas a los especialistas. Puede presentarse sola o con otros componentes que actúan de manera sinérgica.
Entre los componentes químicos activos farmacológicamente destacan: valepotriatos, monoterpenos, sesquiterpenos, lignanos, ácidos fenólicos, esteroides, taninos y alcaloides piridínicos.
Aunque las indicaciones terapéuticas se centran en la angustia, la ansiedad, el nerviosismo y el insomnio, sus propiedades farmacológicas son muy amplias y se relacionan con los principios activos presentes en la planta:
-hipnóticas y sedantes, ya que el extracto de valeriana mejora la calidad del sueño de quienes padecen insomnio.
-ansiolíticas, pues se considera que reduce la ansiedad y la agresividad.
-antiespasmódicas, porque produce una relajación del músculo liso.
-anticonvulsivantes.
Las autoridades sanitarias han comunicado una serie de efectos secundarios que deben ser considerados si se decide su administración. Estos efectos negativos se presentan, en principio únicamente, aunque no hay datos exactos, cuando se siguen tratamientos crónicos o en personas especialmente sensibles.
Entre los efectos secundarios, destacarían:
-neurológicos y/o psicológicos: insomnio, nerviosismo, cefaleas, astenia.
-oculares: midriasis.
-osteomusculares: miastenia.
-cardiovasculares: arritmias
-gastrointestinales: náuseas, gastralgias, gastritis o úlcera péptica.
-dermatológicas y alérgicas: sudoración.
Deben tomarse precauciones si se administra a enfermos hepáticos, así como a pacientes tratados con fármacos que interaccionan con la valeriana como barbitúricos, benzodiacepinas, antihistamínicos H1, alcohol y anticoagulantes.
Al iniciar el tratamiento debe tenerse en cuenta que influye en la conducción y en el manejo de máquinas, por lo que es imprescindible adaptarse a su consumo antes de realizar estas tareas. Tampoco está indicada durante el embarazo o la lactancia, porque no hay datos sobre su seguridad. No se debe administrar a niños menores de 3 años.
A pesar de todo, la valeriana se considera el mejor tranquilizante natural, siendo un tratamiento eficaz para tratar problemas de sueño, ansiedad y angustia sin crear hábito. También se usa combinado con antiepilépticos para reducir las crisis.
Se ha utilizado con éxito para dejar de fumar, pues evita las crisis de angustia y le da un sabor repulsivo al tabaco, lo que hace que el fumador lo rechace. Existen varias terapias para abandonar el tabaquismo que utilizan la valeriana como parte del tratamiento.
Es importante destacar que las plantas medicinales no son totalmente inocuas. Deben consumirse bajo supervisión del especialista y comunicar al médico que están siendo utilizadas.
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