Son muchos los efectos a corto y largo plazo que la contaminación atmosférica puede ejercer sobre la salud de las personas. En efecto, aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares. Hasta cien patologías distintas se ...
Son muchos los efectos a corto y largo plazo que la contaminación atmosférica puede ejercer sobre la salud de las personas. En efecto, aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares. Hasta cien patologías distintas se han relacionado con la contaminación.
La buena noticia es que como sociedad estamos tomando conciencia del problema gigante que supone la polución tanto para nosotros como para el planeta, y por ende, intentando buscar soluciones. La mala, que cuando pensamos en la contaminación nos vienen a la mente imágenes de atascos de tráfico en grandes ciudades o fábricas trabajando a todo trapo en una zona industrial, ignorando que no hace falta salir de casa para absorber sustancias nocivas de ese tipo.
Cada año, 3,8 millones de defunciones prematuras debidas a enfermedades no transmisibles, en particular accidente cerebrovascular, cardiopatía isquémica, neumopatía obstructiva crónica y cáncer de pulmón, son atribuibles a la exposición al aire de interiores contaminado, según datos de la OMS.
La contaminación del aire interior es el término utilizado para describir la exposición a ciertas sustancias que se encuentran en viviendas, colegios, transporte y estaciones de metro. En datos de la European Lung Fundation (ELF), se han detectado más de 900 compuestos en el aire interior y algunos contaminantes pueden estar 2-5 veces más concentrados en el interior que en el exterior de los edificios.
De hecho, se trata del octavo factor de riesgo de enfermedades y se calcula que es responsable del 2,7 % de la carga global de enfermedad: entre 1,5 y 2 millones de muertes al año podrían estar relacionadas con la contaminación del aire interior, y alrededor del 50% de la población mundial (aproximadamente 3 mil millones de personas) está expuesta a la contaminación del aire interior de fuegos abiertos y cocinas que funcionan con madera.
En este sentido, suele estar relacionada con diferentes fuentes como la actividad humana (tabaco, combustible para calefacción y cocinas o materiales de limpieza), edificios (construcción y ventilación deficiente), o alérgenos (mascotas, plantas, polvo y humedad).
No obstante, existen muchas medidas que se pueden aplicar para mejorar los problemas asociados con la contaminación del aire interior. Cambiar las cocinas de madera por otras más eficientes, con menos contaminación; mejorar la ventilación en viviendas y edificios escolares; usar aparatos que limpian el aire, conocidos como purificadores; optar por sistemas de calefacción no contaminantes; y promover la educación acerca de los alérgenos, son los que destaca la ELF.
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