Estos lugares, que encierran un poco de misterio y que se han ido descubriendo con el paso de los siglos para disfrute de los turistas, los encontramos de norte a sur y de este a oeste de la Península. La más conocida es la de Altamira, pero a ésta le siguen otras muchas, en las que encontrar fenómenos de la naturaleza o historias milenarias.

Estalactitas, estalagmitas y prehistoria

La cueva más conocida por todos es la de Altamira en Santillana del Mar (Cantabria), que en la actualidad sólo pueden visitar algunos privilegiados, aunque una réplica exacta de la misma permite hacerse una idea y aprender más sobre su historia y riqueza.

Otras cuevas, además de historia, encierran unos entornos naturales espectaculares con unas magníficas formaciones conformadas por la madre naturaleza, como la estalactita, resultado de los depósitos minerales continuos transportados por el agua que se filtra. Si estos depósitos parten del suelo, se llaman estalagmitas. A veces, ambas formaciones se unen formando verdades columnas que nos recuerdan a balaustras de mármol.

De norte a sur del territorio nacional

En cualquier punto de la península que recorramos, podemos encontrar alguna de estas maravillas de la naturaleza. Aquí vamos a relatar algunas de las más famosas y visitadas:

Cueva de Don Juan (Jalance, Valencia). Está situada en un entorno natural espectacular junto a los cañones del Júcar, uno de cuyos afluentes la ha conformado. Cuenta con magníficas formaciones y su visita guiada es realmente interesante.

Cueva de La Galiana (Ucero, Soria). Se encuentra en el interior de los terrenos kársticos del Parque Natural de Cañón del Río Lobos. Se realizan visitas con un amplio componente de aventura.

Cueva de Los Franceses (Revilla de Pomar, Palencia). Se halla entre Covalagua y el Páramo de la Lora y fue un enterramiento natural de los soldados galos en la Guerra de la Independencia. Su interior atesora un bello paisaje de formaciones estalactitas que pueden admirarse a lo largo de 500 metros de recorrido.

Cueva de Pozalagua (Carranza, Bizkaia), calificada por una encuesta de los usuarios de la Guía como "El Mejor Rincón de 2013" por ser "un fenómeno casi único de la naturaleza”.

Cueva de Valporquero (Valporquero del Torío, León). Esta cueva de montaña tiene su boca a más de 1.300 metros de altura y en invierno queda bloqueada por la nieve. Posee salas de grandes dimensiones y espectaculares formaciones. En su visita de espeleoturismo de aventura se pasa por un río subterráneo con tubos, sifones llenos de agua, toboganes, etc.

Cueva Palomera (Quintanilla del Rebollar, Burgos). El espacio natural de Ojo Guareña constituye un complejo kárstico de importancia internacional. Con más de 100 kilómetros de recorrido subterráneo, es la mayor cavidad de España y una de las de mayor desarrollo del mundo.

Cuevas del Águila (Arenas de San Pedro, Ávila). Situada en el Valle del Tiétar, destaca la llamada Gran Sala de la Caverna con columnas, estalactitas, gours y numerosas capas de arcilla que cubren las galerías siguientes.

Cueva de El Soplao (Celis, Rionansa, Cantabria). Recientemente habilitada para el turismo, tanto tradicional como de aventura, es una de las cavidades europeas con más variedad de espeleotemas para el visitante, en especial la enorme cantidad de excéntricas.

Gruta de las Maravillas (Aracena, Huelva). En 2014 cumple el centenario de su apertura al público. Posee gran interés geológico por sus  grandes salas y galerías con concreciones de muy diversos tipos, colores y formas; y sus lagos adquieren un agradable color azul.

Grutas de San José (Vall d´Uixó, Castellón). Es el único río subterráneo visitable en barca de España. Un guía gobierna las embarcaciones, de grandes dimensiones y de madera.