1. Piensa en positivo Tus pensamientos influyen decisivamente en cómo afrontar cada situación. Si afrontas el día a día con una visión positiva, serás capaz de avanzar hacia tus metas. Si, por el contrario, eres una persona negativa a la que todo le parece imposible, no harás nada para mejorar. Si tienes ...
1. Piensa en positivo
Tus pensamientos influyen decisivamente en cómo afrontar cada situación. Si afrontas el día a día con una visión positiva, serás capaz de avanzar hacia tus metas. Si, por el contrario, eres una persona negativa a la que todo le parece imposible, no harás nada para mejorar.
Si tienes demasiados pensamientos negativos, ha llegado la hora de eliminarlos e ir sustituyéndolos por pensamientos y creencias que te aporten lo que necesitas.
2. Escribe en un diario personal tus progresos
Una de las claves para motivarnos a lograr un objetivo es tomar conciencia de los progresos que vamos haciendo a corto plazo. Si percibimos que nuestros esfuerzos merecen la pena es más probable que perseveremos. Fragmenta tu trabajo en submetas que supongan un aliciente para seguir adelante y concédete un premio por el progreso.
Redacta un diario en que expliques qué has hecho durante el día y cuáles han sido tus progresos. Podrás ver cuánto te falta para alcanzar tu objetivo.
Anota lo positivo (avances, buenas sensaciones) y lo negativo (errores que has cometido, ideas para mejorar).
Elige una hora concreta del día para hacerlo y no te saltes tu cita.
3. Imagínate a diario logrando tus propósitos
Visualiza mentalmente el resultado que deseas alcanzar, durante varios minutos cada día y con todos los detalles posibles.
Cierra los ojos y disfruta imaginando cómo percibes el momento de éxito y satisfacción al lograr tu objetivo. Imaginarlo aumenta tu motivación.
Dedícale cinco minutos al día. Tu éxito estará más cerca.
4. Acepta tus fallos.
No siempre estamos igual. No te desmoralices si fallas. Relativízalo.
Puedes fallar un día, pero no dos días consecutivos. El segundo día es clave. No puedes perder dos días seguidos. Sería un precedente mental que justificaría tu fracaso.
5. Sana competencia entre amigos.
Contacta con algún conocido que comparta tu objetivo. Establece una sana competencia que os ayude a ambos. Debe ser un incentivo, no un lastre. Apoyarse en el otro para seguir avanzando y que cada uno vaya logrando sus propias metas.
6. Prepara tu mente para los malos momentos
Pasarás por momentos buenos y momentos malos. Es normal.
En los malos momentos, aparecen pensamientos derrotistas y el deseo de abandonar.
Si eres consciente de su aparición, gestiónalos para que no te afecten. Piensa un motivo importante para seguir adelante.
7. Enumera las razones para seguir motivado
Reconocer las razones que te mueven es fundamental.
Evitarás las excusas, la pereza y los pensamientos distractores y desmotivadores.
8. Un buen apoyo es importante
Una persona con experiencia resulta clave para alcanzar tus objetivos.
Si eres capaz de asumir conocimiento de distintas fuentes, podrás motivarte y seguir adelante con menos obstáculos.
9. Reconoce lo que te apasiona
Si descubres lo que te apasiona y te puedes dedicar a ello, la motivación intrínseca te permitirá afrontar lo que sea de un modo realmente efectivo.
Si lo que haces no te agrada, no tendrás motivación intrínseca, solo tendrás motivación extrínseca.
10. Céntrate en los detalles sencillos
Busca tu propia inspiración en los pequeños detalles.