Cómo elegir el mejor sistema de flotación para que los niños aprendan a nadar

María Robert 

Productos como tablas, espaguetis, cinturones y manguitos de espuma, tan comunes en las clases de natación, son muy útiles en ese entorno controlado para el aprendizaje, pero no para los ratos de ocio

04/05/2021

El buen tiempo está a la vuelta de la esquina, y con él, los chapuzones en la playa, piscina, lago o cualquier superficie acuática donde podamos refrescarnos y divertirnos. Ahora bien, si vas con niños tienes que tener mucho cuidado para prevenir los posibles y temibles ahogamientos de los más ...

El buen tiempo está a la vuelta de la esquina, y con él, los chapuzones en la playa, piscina, lago o cualquier superficie acuática donde podamos refrescarnos y divertirnos. Ahora bien, si vas con niños tienes que tener mucho cuidado para prevenir los posibles y temibles ahogamientos de los más intrépidos.

En este sentido, y a la hora de elegir el sistema de flotación infantil más seguro para los peques que aún no saben nadar, lo principal es saber que el único recomendable es un chaleco homologado (jamás hinchable), o a lo sumo un disco de goma. Y siempre para usarlos con un adulto al lado como apoyo puntual que les aporte confianza en una actividad concreta.

Flotantes vs. Inflables

En cambio, está visto y comprobado que los tradicionales manguitos y flotadores hinchables no son seguros, puesto que se pueden pinchar, desinflar o incluso desprenderse del cuerpo del niño al hacer algún movimiento. Es por eso, porque no están diseñados con ese fin, por lo que estos productos inflables son meros juguetes, no elementos de seguridad en el agua. Ni siquiera los que se publicitan como tales.

Los productos de seguridad están pensados para que el niño se mantenga a flote, y con la cabeza siempre fuera del agua para que pueda respirar. Tampoco pueden perder sus propiedades de flotabilidad, ya que su diseño está fabricado de espumas, tejidos tipo neopreno o plástico que absorben el agua y mantienen la capacidad de mantenerse a flote.

Adaptarse las capacidades de cada criatura

Por otro lado, siempre que sea posible, conviene que sean graduables en función de la cantidad de flotabilidad que queramos en cada momento. Es decir, un crío que esté aprendiendo a nadar u otras habilidades en el agua, necesitará mayor soporte para que gane confianza. En cambio, otro que ya se defienda, solo requerirá algo de apoyo para ganar soltura.

Para un niño que está aprendiendo a coger habilidades en el agua, necesitaremos mayor soporte para que se sienta más confiado, mientras que el que ya esté más avanzado quizá sólo necesite un poco de apoyo para estar más suelto en el agua.

Así pues, productos como tablas, espaguetis, cinturones y manguitos de espuma, tan comunes en las clases de natación, son muy útiles en ese entorno controlado para el aprendizaje, pero no para los ratos de ocio en familia en la piscina de la urbanización o del chalet. Sobre todo, porque crean una falsa sensación de seguridad que no es real, e incluso contraproducente. En suma, los únicos sistemas de flotación recomendables son los homogolados, que además tienen que cumplir con la Norma UNE. Es la única forma de que los chapuzones de los pequeños sean seguros.

Para que la relación de pareja mejore con los años
Qué es el skin dieting del que todo el mundo habla
¿Cómo funciona el cerebro cuando nos `enamoramos´?

Cookie Consent

This website uses cookies or similar technologies, to enhance your browsing experience and provide personalized recommendations. By continuing to use our website, you agree to our Privacy Policy

Nuestros Podcasts

¿Quieres escuchar nuestros podcast ? Únete a nuestra comunidad y sumérgete en un mundo de inspiración y empoderamiento para la mujer moderna.

Las últimas tendencias en salud, maternidad, viajes, cultura y feminismo en nuestra revista.

Acceso a noticias y newsletters exclusivas

Descarga de materiales únicos, como webinars, podcasts o vídeos

¿Te lo vas a perder?

Acceder