La diarrea puede deberse a varias causas, siendo la más frecuente la infección vírica, debida principalmente a los distintos grupos de Rotavirus, cuya diversidad de tipos y subtipos propicia la repetición del proceso. También es frecuente, especialmente en verano, la causada por toxiinfección alimentaria. Los síntomas de la gastroenteritis vírica incluyen ...
La diarrea puede deberse a varias causas, siendo la más frecuente la infección vírica, debida principalmente a los distintos grupos de Rotavirus, cuya diversidad de tipos y subtipos propicia la repetición del proceso. También es frecuente, especialmente en verano, la causada por toxiinfección alimentaria.
Los síntomas de la gastroenteritis vírica incluyen fiebre repentina, vómitos, diarrea, dolor de barriga, retortijones, cansancio y malestar general. Suele resolverse por sí misma pues es una infección autolimitada. El mayor riesgo es padecer una deshidratación debida a la pérdida de agua y electrolitos en las deposiciones líquidas que acompañan al proceso durante 3 o 7 días. Aunque la deshidratación al principio es asintomática, a medida que progresa aparecen, entre otros, sed, irritabilidad, inquietud, piel arrugada y ojos hundidos. Posteriormente, se presenta adormecimiento, imposibilidad de hacer pis, ausencia de lágrimas, lengua seca, extremidades frías y húmedas, pulso rápido y débil y jadeos. Acude al hospital en cuanto se inicien los síntomas.
Cuando algún alimento te sienta mal porque se encuentra en mal estado o eres intolerante sin saberlo, también puede presentarse la diarrea. Para minimizarla sería recomendable:
1-Mejorar tu higiene personal y los hábitos higiénicos de los cuidadores para evitar contagios y reinfecciones (por ejemplo, lavarse concienciudamente las manos tras el cambio de pañal y eliminarlo adecuadamente).
2-Suministrar líquidos en pequeñas dosis (sorbos) y con frecuencia alta para hidratarle adecuadamente. Están indicados el agua hervida, los líquidos frescos y los sueros orales prescritos por el especialista
3-Seguir la dieta indicada una vez remitidos los síntomas más graves. Suele recomendarse arroz, pollo y zanahoria bien cocidos y manzana o pera (al natural o cocidas). Se recomienda beber agua con limón, té y bebidas isotónicas.
Entre los alimentos que reducen la motilidad intestinal y la evacuación y protegen la mucosa intestinal, destacaría que:
-Resulta muy recomendable beber agua de arroz preparada cociendo una parte de arroz en tres de agua, se hierve un cuarto de hora, se cuela, se deja enfriar y se consume.
-Se considera adecuado beber té. Presenta alcaloides (cafeína y teofilina), flavonoides, vitaminas (del grupo B, C, E y provitamina A), minerales (flúor, calcio potasio y magnesio), etc. Se le atribuyen muchas propiedades diferentes (estimulante, antioxidante, diurético, antidiarreico, etc.) Cuidado con su consumo excesivo porque produce insomnio y reduce la absorción de vitamina B1 y de hierro.
-Se recomienda evitar el consumo de lácteos, los alimentos con fibra y las harinas en cualquiera de sus formas.
-A medida que la situación del enfermo va mejorando, se pueden ir añadiendo a su menú alimentos como zanahoria, pollo, pescado o patata, por ejemplo. Se deben elaborar cocidos inicialmente y observar si lo tolera. Si la tolerancia es buena, puede utilizarse la plancha o el horno para cocinar. Esta escalada debe hacerse de manera lenta para evitar una recaída indeseable.
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