En la final de Roland Garros del año 2008, una jovencísima Ana Ivanovic da la sorpresa y juega contra la cabeza de serie rusa Dinara Safina, favorita para llevarse el título. Finalmente es Ana quien conquista la arcilla parisina y se convierte en la mejor tenista del mundo al lograr elevarse hasta el número uno de la WTA.

Un estrellato efímero le hace caer del cielo

En este momento la tenista será el foco de atención internacional en el ámbito deportivo, tanto por su juventud, como por su juego y cómo no, por el físico y el carisma que desprende. Comienzan a realizarle ofertas de distintos sectores, importantes contratos de patrocinio, estar al nivel que le exige su nuevo estatus en los torneos…  Es entonces cuando la presión puede con ella y comienza a fallar en su juego.

La joven tenista no logra concentrarse y pierde la seguridad en sí misma. Sus golpes maestros son su verdugo y pierde partidos a priori sencillos por culpa de sus propios fallos. La serbia es una tenista muy pasional y aún no logra templar su mente durante el juego. Doce semanas después llegar a la cima dice adiós y comienza a bajar puestos de forma vertiginosa, por lo que Ivanovic, incapaz de soportar la presión, declara que se retira del tenis por un tiempo, con tan sólo 21 años de edad.

Un ejemplo de superación

Después de recuperar su autoestima lejos del mundo deportivo, vuelve con la confianza renovada. Pero aún le costará superar las barreras psicológicas que le impiden demostrar su potencial. Incluso logra ser entrenada por personas de renombre, los que en su día hicieron de Martina Navratilova, Andre Agassi y Monica Seles los jugadores mejor valorados en su momento. Pero tampoco llega a ser lo que necesita, ya que siente que no está a la altura de sus entrenadores y se empequeñece más.

Finalmente, es en 2013 cuando Ivanovic rompe con todo y decide empezar a trabajar con Nemanja Kontic y Zlatko Novkovic , un equipo de entrenadores casi desconocidos, jóvenes y también serbios, que serán los que consigan la motivación y estabilidad que Ana necesitaba.

Actualmente Ana Ivanovic se encuentra en el número 12 de la clasificación de la WTA y está inmersa en el Roland Garros, donde ya ha superado su primera criba. ¿Será después de seis años cuando se reencuentre con el éxito? Estaremos muy atentos a la trayectoria de esta tenista que merece culminar el año dentro de las diez mejores del mundo.