La culpa tiene un poderosísimo efecto en el comportamiento humano, y las personas que la practican pueden manejarla como una herramienta para cambiar, incluso, la manera en la que otros piensan, sienten y hasta se comportan.

Si alguien alguna vez te han hecho sentir mal por algo que has hecho (o no hiciste), y luego usó esos malos sentimientos para que hicieras o quiere que hagas algo por ellos, estás experimentando un viaje de culpa.

¿Qué es exactamente un viaje de culpa y qué tipos hay?

Los viajes de culpa pueden ser intencionales, pero también se realizan de forma involuntaria. Se trata de un comportamiento que puede ser puede ser fácil de detectar, pero también puede se da en formas mucho más sutiles y complicadas de captar. Algunos de los signos más evidentes son:

Hacer comentarios que sugieren que no has hecho tanto trabajo como ellos, sacar a relucir los errores que has cometido en el pasado, recordándole los favores que han hecho por ti en otras ocasiones, actuando como si estuvieran enfadados, pero luego omitiendo que hay un problema, o negarse a hablar contigo y dar la callada por respuesta. Así, dejan claro a través de su lenguaje corporal, su tono de voz y sus expresiones faciales que desaprueban lo que estabas haciendo, son formas de viajes de culpa.

Diferentes propósitos de un viaje de culpa

1. La manipulación

A veces, el objetivo principal de un viaje de culpa es manipular a alguien para que haga algo que normalmente no querría hacer.

2. Evitación de conflictos

En otros casos, las personas pueden usar viajes de culpa para evitar hablar directamente sobre un tema. Les permite obtener lo que quieren sin tener que participar en un conflicto directamente.

3. Educación moral

Los viajes de culpa también pueden ser una forma de hacer que alguien se involucre en un comportamiento que la persona siente que es más moral o "correcto".

4. Obtener simpatía

En algunos casos, este tipo de hacerle sentir a alguien culpable, le permite al individuo ganarse la simpatía de los demás, al ponerse en el papel de alguien que ha sido perjudicado por las acciones por las que se supone que la otra persona se siente culpable.

Sin embargo, experimentar culpa no siempre es algo malo. Aunque a menudo es un sentimiento desagradable y que provoca preocupación, puede desempeñar un papel importante en la orientación del comportamiento moral. Cuando las personas experimentan culpa, pueden corregir sus errores y evitar repetir los mismos errores en el futuro.

Una investigación publicada en el Institute of Cognitive Sciences sugiere que las apelaciones a la culpa son un tipo común de técnica de persuasión. Sin embargo, si bien la culpa puede obligar a las personas a tomar ciertas medidas, a veces también puede ser contraproducente. La culpa, según los expertos denominadada de bajo nivel tiende a motivar a las personas a actuar sobre el mensaje persuasivo. Los altos niveles de culpa, sin embargo, a menudo fallan debido a lo que los expertos llaman "reactancia".

La reactancia consiste en una reacción emocional en contradicción directa a las reglas o regulaciones que amenazan o suprimen ciertas libertades de la persona. En definitica, los viajes de culpa pueden ser contraproducentes y llevar a las personas a comportarse de manera opuesta a como otra persona quiere que actúen. Por ejemplo, alguien que te produce un viaje de culpa para que los llames con más frecuencia podría provocar en la persona el efecto contrario, que les llames menos.