Detrás de una vida sexual sana y pletórica hay mucho más que placer. Científicamente está probado que el orgasmo influye beneficiosamente en la salud mental de la mujer ayudando en la prevención de enfermedades como el Alzheimer o la demencia. Asimismo, alcanzar el clímax alivia las migrañas o cualquier tipo ...
Detrás de una vida sexual sana y pletórica hay mucho más que placer. Científicamente está probado que el orgasmo influye beneficiosamente en la salud mental de la mujer ayudando en la prevención de enfermedades como el Alzheimer o la demencia. Asimismo, alcanzar el clímax alivia las migrañas o cualquier tipo de dolor de cabeza. No solo eso: disminuye el estrés, favorece la calidad del descanso, mejora el flujo sanguíneo al ser una actividad aeróbica, embellece la piel y te hace sentir más joven.
Lo cierto es, sin embargo, que siglos tratando la sexualidad como un tabú social siguen pasando factura a las generaciones de hoy en día. Tanto, que hay un alto porcentaje de mujeres que se pasan la vida sin experimentar un orgasmo. Un estudio publicado en 2011 por la revista científica Journal of Sexual Medicin, reveló que el 35%.
Por ahí van los tiros del origen del Día Internacional del Orgasmo, que se viene celebrando cada 8 de agosto desde 2006. Entonces, un concejal de un pequeño pueblo brasileño llamado Esperantina, averiguó que el 28% de las mujeres de esa región eran incapaces de llegar al clímax sexual, según un estudio de la Universidad Federal de Piauí.
Alertado por lo que consideró un grave problema de salud pública, comenzó a plantear la necesidad de educar en sexualidad para que la mujer sea capaz de luchar por su propio placer.
Año tras año, y sobre todo gracias al poder de las redes sociales, esta celebración se ha ido popularizando en todo el mundo.
Sin embargo, con frecuencia muchas son las falsas creencias y prejuicios que nos complican el disfrutar plenamente de la sexualidad. Estos son algunas de las más extendidas.
El origen de este mito es que se confunde con la eyaculación, porque por lo general se presentan al mismo tiempo, pero no siempre la eyaculación está acompañada del orgasmo, y viceversa. Y los tiempos de excitación y respuesta sexual son diferente en la mujer. Así pues, aunque por lo general, lo que tarda en responder a un estímulo sexual es más largo y son menos las que llegan al orgasmo durante el coito, eso no significa que no lo puedan alcanzar rápidamente, e incluso antes que los hombres.
Se considera que el orgasmo vaginal femenino se logra a través de la estimulación del punto G, el cual se encuentra situado a unos 4 centímetros de la entrada de la vagina; mientras que el clitoriano se consigue mediante la estimulación del clítoris. Esto es falso, puesto que, aunque ambas formas sirvan de estimulación, solo el clitoriano es el que experimentan las mujeres.
Dado que el orgasmo es una respuesta psicológica (a diferencia de la eyaculación, la erección y la lubricación que lo son fisiológicas), el que no haya penetración no impide que puedas llegar al orgasmo. La clave está en los estímulos adecuados.
Cada mujer es diferente, y por tanto, cada una siente sus orgasmos de forma distinta: algunas pueden sentir solo uno vibrando en todo su cuerpo o pueden alcanzar orgasmos múltiples. Pero la capacidad de ser multiorgásmicas no se limita a unas pocas privilegiadas. Se puede decir que viene de fábrica, desarrollarla es cuestión de práctica y de autoconocimiento.
Ni mucho menos. Lo del `mejor orgasmo´ es un concepto muy personal, y lo puedes experimentar en solitario o en pareja. No tiene relación con el amor o con estar con un buen amante.
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