Es muy posible que este verano te hayas cruzado por la playa a gente caminando con dos bastones muy particulares. A esta actividad física se la conoce como `marcha nórdica´ o `nordic walking´, y su origen se remota a los años 30. Fue en esa década cuando el equipo nacional de Finlandia de esquí nórdico empezó a entrenar en verano simulándolo de la forma más parecida posible, caminando y corriendo con bastones de esquí, para no perder la forma física durante la época estival.

La clave está en los bastones, que consiguen optimizar el esfuerzo físico del cuerpo al andar, implicando al tren superior (brazos, hombros, espalda), a las piernas y a la cadera, y aumentando la eficacia del desplazamiento, así como la velocidad. Es decir, más kilómetros a la hora y menos cansancio, puesto que el esfuerzo queda repartido en distintos grupos musculares.

La promoción de esta forma de ejercicio ha seguido desde entonces, hasta empezar a internacionalizarse en los años 90. Ayudó a esa popularidad que varias investigaciones demostraran todos los beneficios para la salud. En resumidas cuentas, la marcha nórdica es una manera fácil y eficaz de mejorar la condición física y tonificar la musculatura sin dañar las articulaciones.

Salud física

Con lo cual, este entrenamiento posibilita que cualquier persona, sea cual sea su forma física o edad, lo pueda practicar. Para empezar, porque es una actividad al aire libre y muy agradable. Al fin y al cabo, se trata simplemente de dar una buena caminata, que se vuelve doblemente efectiva al agregar bastones y un poco de técnica.

Asimismo, es una muy buena opción si tu objetivo es perder peso. Varias investigaciones revelan que al practicar esta actividad se quema hasta un 45% más de calorías que con una caminata normal. También tonifica los músculos, ayuda a mantener los huesos fuertes y mejora el riesgo cardiovascular: todo ejercicio, si se realiza a un nivel suficientemente intenso, mejora la circulación porque aumenta la velocidad a la que se bombea la sangre por el cuerpo. Cabe señalar igualmente que las personas asmáticas experimentan grandes mejora con la marcha nórdica.

Bienestar mental

Eso es a nivel físico, pero, como cualquier deporte, la marcha nórdica puede influir positivamente en la salud mental, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad. Es un ejercicio especialmente beneficioso para ello, dado que se realiza en un entorno verde y suele ser una actividad social.

Y sobre todo, la practiques por un parque, por la playa, por los alrededores de tu domicilio, o viajes más lejos, la marcha nórdica es una puerta de entrada para explorar. Con esfuerzo y paciencia recorrerás distancias que al empezar creías imposibles. No todos los deportes se adaptan a todo el mundo, pero andar está integrado en nuestro ADN.