La palabra "Namaste" tiene una historia profunda, y su comprensión te ayuda a darle claridad y una apreciación más exacta de este término tan común. En los años noventa, cuando el yoga recién comenzaba a expandirse, decir en voz alta la palabra namasté era una forma entonces novedosa de saludar ...
La palabra "Namaste" tiene una historia profunda, y su comprensión te ayuda a darle claridad y una apreciación más exacta de este término tan común. En los años noventa, cuando el yoga recién comenzaba a expandirse, decir en voz alta la palabra namasté era una forma entonces novedosa de saludar a tus compañeros yoguis de los estudios.
Quizás, entonces, se decía con algo de inquietud y, a menudo, parecía hasta un poco incómodo, o cuanto menos raro. Ahora, se dice tan a menudo y con tanta comodidad y claridad, que es posible que nos hayamos desviado de la idea original, de por qué lo decimos y de lo que realmente significa.
En Occidente, disfrutamos más que nunca de las enseñanzas de Oriente, pero tenemos una tendencia a jugar y alterar sus significados para que se adapten mejor a nuestros propios ideales. En realidad, existen muchas traducciones e interpretaciones de la palabra namasté que no son del todo exactas, pero en cualquier caso, lo que sí es cierto es que se trata dede algo más que un simple saludo, geto de despedida o agradecimiento.
Namasté es una forma de reconocer y honrar a la otra persona y así reconocer la divinidad en ti misma. Un palabra que implica, por un instante, quedarte atrapada en la experiencia de estar presente y reconocerte. Es un pequeño momento de conciencia que se impone como cierto, único y verdadero. Así, usamos ese momento para permitir que tu conciencia se expanda, y también a las personas que te rodean.
En Occidente, la mayoría de las sesiones de yoga comienzan y terminan con namasté. Esta es una manera hermosa y respetuosa de saludar al profesor, por el conocimiento que ha compartido contigo. Si se hace correctamente, este es un momento para llenar tu conciencia y estar abierta a tu profesor o profesora y participar en el intercambio de conocimientos entre ambos.
Namasté a menudo se acompaña con las manos presionadas y juntas en posición de oración en el corazón en el centro del pecho y se realiza una ligera reverencia. Este es también un momento hermoso para que expresemos nuestro amor desde nuestro corazón y con humildad.
El gesto de la mano no solo es bonito, sino que también es un mudra. Un mudra es un gesto o posición de los brazos, manos y dedos con el fin de dirigir el flujo de energía, y con sus manos en esta posición, diriges la energía hacia tu corazón. Ahí reside la belleza del namaste. Deja que su suave enseñanza se filtre en tu conciencia, y ofréceselo en silencio a las personas que te rodean. De esta forma, siente como te expandes y siente la deferencia y el respeto que recibes al reconocer a otra alma en el viaje de la vida, por eso decimos Namasté.