A veces los cambios pueden ser muy estresantes, pero, por eso mismo, puede que durante tus vacaciones hayas reflexionado y te hayas planteado al fin un cambio de trabajo, una mudanza o, incluso, un cambio de ciudad. Y es que, todo cambio siempre implica incertidumbre. Salir de nuestras zonas de confort ...
A veces los cambios pueden ser muy estresantes, pero, por eso mismo, puede que durante tus vacaciones hayas reflexionado y te hayas planteado al fin un cambio de trabajo, una mudanza o, incluso, un cambio de ciudad.
Y es que, todo cambio siempre implica incertidumbre. Salir de nuestras zonas de confort da un poco de vértigo quieras o no. Ta y como explica la terapeuta Tiana Leeds, M.A, al final el hecho de pensar que sales de lo que ya conoces sí o sí genera un estado un poco ansioso, la adrenalina se dispara al no tener en control ni saber a ciencia cierta cómo te va a ir.
"Las transiciones de la vida nos sacuden y nos obligan a salir de nuestras zonas de confort. Ya no tenemos la opción de recurrir al modo predeterminado. El cambio requiere que modifiquemos nuestras rutinas para que encajen en nuestra nueva vida, y este tipo de cambios de hábitos micro y macro pueden ser difíciles de adoptar, por lo que nos ponen en alerta", explica. Además, el cambio implica siempre incertidumbre. Incluso si estamos en una situación mejor que la de antes, sigue siendo desconcertante no tener esa familiaridad y previsibilidad. "La incertidumbre es inherentemente estresante para la mayoría de nosotros", agrega.
Ajusta las expectativas que tienes de ti misma
Según Leeds, ante todo, lo importante es darte cuenta de tus límites y de tus expectativas. El cambio rara vez es algo fácil, así que no esperes adaptarte sin problemas desde el primer momento y sé paciente mientras te adaptas. "Digerir y adaptarse a una transición requiere de mucha energía mental y emocional", explica. Es normal que las cosas que solían ser fáciles para ti, de repente, se vuelvan más complicadas", comenta.
Pide ayuda
Somos más vulnerables a la soledad durante las cambios en nuestra vida. De esta forma, esta experta recomienda pedir ayuda cuando la necesites. "Llegar a los demás nos ayuda a sentirnos apoyadas y hace que el cambio sea más manejable", dice. Ya sea que necesites un par de manos adicionales o un hombro en el que apoyarse, no tengas miedo de pedir lo que necesitas", agrega.
Crea nuevas rutinas
En medio de todos los cambios, es importante mantenerse conectada siempre a la tierra y a la realidad. Desarrollar rutinas saludables y edificantes puede ayudarte a hacerlo. Como explica Leeds, las transiciones de la vida pueden hacer que los viejos hábitos se queden obsoletos. "En lugar de aferrarte a lo que está desaparecido pero familiar, cultiva nuevas rutinas para volver a anclar", sugiere. Los hábitos y rutinas saludables no solo te mantendrán conectada a la tierra, sino que también reforzarán tu sensación de seguridad en tu recién estrenada vida.
Aprovecha las oportunidades para combatir el estrés
Por último, si al final te sientes estresada, tendrás que ponerte manos a la obra para sentirte mejor. Así , que Leeds recomienda no dejar que el estrés se te acumule, dice. "En cuanto te notes ansiosa, trata de practicar técnicas de relajación lo antes posible, medita, haz más ejercicio, sal a la naturaleza etc..., pues sea lo que sea que funcione para ti, asegúrate de que te relajas y te das permiso para soltar y dejar ir las preocupaciones", concluye.
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