La mitad de los menores de 30 años se sometería a tratamientos estéticos para mejorar su aspecto físico y evitar los signos de la edad, fijándose, en el 33% de los casos, en ´influencers´ o personajes públicos a la hora de obtener referencias, tal y como apuntan los datos del ...
La mitad de los menores de 30 años se sometería a tratamientos estéticos para mejorar su aspecto físico y evitar los signos de la edad, fijándose, en el 33% de los casos, en ´influencers´ o personajes públicos a la hora de obtener referencias, tal y como apuntan los datos del último estudio realizado por Top Doctors.com.
Por otro lado, la investigación apunta a que 4 de cada 10 personas se ha sometido a este tipo de tratamientos estéticos, y hasta un 23% de las que aún no lo ha hecho, lo haría. La falta de necesidad y el miedo, tanto a la intervención como al resultado son los principales frenos del 37% restante que asegura no plantearse este tipo de intervenciones
Así, la media de edad es cada vez menor, aunque depende del tipo de tratamiento. Mientras que en cirugía facial se encuentra en torno a 50 años, en la corporal y mamaria baja hasta los 30, tal y como apuntan los datos del doctor José María Franco, cirujano plástico y miembro de top Doctors, que también apunta a que el gasto medio en su clínica está en torno a los 600 euros, "siendo los tratamientos de estética facial con bótox o ácido hialurónico los más demandados".
Asimismo, los expertos de la plataforma aseguran que, aunque el 95% de los tratamientos de medicina estética se realizan todavía hoy en mujeres, esta tendencia varía en el caso de las cirugías, siendo ya un 20% los pacientes varones que se someten a ellas. Por lo tanto, la media de edad es cada vez menor, aunque depende del tipo de tratamiento.
A la hora de someterse a este tipo de tratamientos, el 50% de los encuestados afirma acudir a un experto recomendado por un amigo o conocido, el 20% consulta a su médico sobre a qué profesional concreto acudir, y el 16% mira información en Internet.
Todo ello tiene como consecuencia que el paciente quede insatisfecho o desconfíe de este tipo de intervenciones. Del estudio de Top Doctors se extrae que un 10% de quienes se han sometido a este tipo de intervenciones se arrepiente, y un 7% no repetiría la experiencia. Para evitar que esto ocurra, según la plataforma, es importante llevar a cabo un análisis físico, pero también psicológico del paciente para analizar lo que está buscando cuando acude a solicitar una cirugía.
"Debe descartarse la posibilidad de que el paciente quiera encontrar una solución a problemas de índole social o personal, o incluso que se pueda tratar de trastornos psiquiátricos como la dismorfofobia, es decir, pacientes que continuamente se preocupan por su imagen corporal y facial por algún defecto, ya sea real o imaginario", explica Franco. "En definitiva, se debe analizar si magnifica el problema y su ´queja física´ es desproporcionada, y conocer cuáles son sus expectativas al respecto".