Los testículos se originan a partir de la porción media del cordón urogenital, y su descenso empieza a las 28 semanas, siendo primero el izquierdo, normalmente. El estímulo para que esto se produzca es una cantidad adecuada de hormonas masculinas. Según dónde resida la causa, se pueden clasificar de la siguiente ...
Los testículos se originan a partir de la porción media del cordón urogenital, y su descenso empieza a las 28 semanas, siendo primero el izquierdo, normalmente. El estímulo para que esto se produzca es una cantidad adecuada de hormonas masculinas.
Según dónde resida la causa, se pueden clasificar de la siguiente manera:
Será la palpación del canal inguinal lo que permita al especialista en cirugía pediátrica diferenciar el testículo en ascensor que baja al escroto y que permanece ahí al soltar el testículo retenido. Las pruebas de laboratorio que se hagan, no obstante, serán normales.
En casos en que exista una ausencia testicular bilateral un test de estimulación de HCG elevará los niveles de testosterona si existe tejido gonadal.
Pruebas de imagen como la ecografía no siempre son eficaces, ya que presenta falsos positivos y negativos. En cambio, la laparoscopia permitirá comprobar la presencia de testículo o restos testiculares.
Se aconseja tratar la criptorquidia entre los 12 y los 18 meses de edad del niño. Tiempo atrás era habitual emplear tratamiento con HCG antes de la cirugía, pensando que, en algunos casos, se produciría el descenso de los testículos, pero esta práctica está actualmente en desuso.
Los tratamientos más comunes son:
La HCG se ha empleado para conseguir el descenso testicular, algo que ocurre en un 20% de los casos, más o menos. No obstante, algunos estudios recientes indican que es un tratamiento que favorece la apoptosis de las células germinales, es decir, que en algunos casos consigue hacer descender el testículo, pero a costa de dañar las células germinales.
Es el tratamiento más habitual y se realiza con anestesia general y de forma ambulatoria. Al palpar el teste en el canal de la ingle, se libera el teste vía inguinal y se fija bajo una bolsa de Dartos. Entonces el cremáster debe eliminarse y no se aconsejan puntos transfixivos en la zona de la albugínea testicular. En cambio, si el teste no es palpable en el canal inguinal se requiere una laparoscopia para confirmar o descartar la localización intra-abdominal del testículo, o bien su ausencia.