La foliculitis es un frecuente problema cutáneo en el que los folículos pilosos se inflaman debido a una infección bacteriana o fúngica. Inicialmente puede manifestarse como pequeños bultos rojos o espinillas de cabeza blanca. La infección puede extenderse y adquirir el aspecto de úlceras escamosas de complicada o imposible curación. El ...
La foliculitis es un frecuente problema cutáneo en el que los folículos pilosos se inflaman debido a una infección bacteriana o fúngica. Inicialmente puede manifestarse como pequeños bultos rojos o espinillas de cabeza blanca. La infección puede extenderse y adquirir el aspecto de úlceras escamosas de complicada o imposible curación.
El diagnóstico debe realizarlo el médico. Se precisa analizar la historia clínica y observar la lesión empleando, por ejemplo, una dermoscopia. En ocasiones tomará una muestra de la piel o el cabello infectados para ser analizada en el laboratorio y determinar la causa de la infección. Puede ser preciso realizar una biopsia de la piel para descartar otras enfermedades.
El tratamiento depende del tipo y gravedad de la foliculitis. Los casos leves suelen resolverse en pocos días aplicando medidas sencillas. Cuando la foliculitis es grave o recurrente el médico pautará medicamentos específicos e intervenciones como la depilación láser. La infección puede reaparecer.
Entre las opciones de tratamiento de la foliculitis destacarían:
1-Limpiar la piel afectada. Lava suavemente la zona infectada dos veces al día con jabón antibacteriano. Debes emplear una toalla limpia cada vez que te laves, y no compartirla.
2-Lavar todos los objetos que toquen la zona. Usa agua caliente, lejía y jabón para lavar incluso la ropa que ha estado en contacto con la zona afectada.
3-Proteger la piel. Evita el afeitado y emplea productos adecuados y adaptados al pH de la piel.
4-Emplear desinfectantes locales adecuados. Existen numerosos productos en forma de geles, cremas y jabones que pueden ayudar a combatir la infección.
5-Utilizar lociones calmantes para aliviar el picor de la piel.
6-Aplicar paños o compresas húmedas y calientes varias veces al día para aliviar el malestar y ayudar al drenaje. Puedes emplear una solución de agua salada porque resulta muy eficaz.
7-Antibióticos de aplicación local. Las infecciones leves suelen tratarse con gel, crema o loción en cuya composición se incluyen antibióticos. Cuando la infección es grave o recurrente, el médico puede recetar antibióticos por vía oral.
8-Antifúngicos en diferentes formas como cremas, champús o píldoras para tratar infecciones fúngicas causadas por hongos.
9-Pomadas con corticoides para reducir la inflamación y el picor.
10-Cirugía menor. Suele realizarse una pequeña incisión que permita drenar el pus presente en un forúnculo de gran tamaño. Este procedimiento reduce el dolor, acelera la recuperación y disminuye la formación de cicatrices.
Cuando otros tratamientos fracasan, la depilación láser permanente puede funcionar. Es un método más caro y suele ser necesario realizar varias sesiones de tratamiento para lograr el objetivo. Esta técnica elimina los folículos pilosos de forma permanente, lo que reduce la densidad del vello en la zona sobre la que se aplica. Como posibles efectos secundarios destacarían la formación de ampollas y cicatrices y la aparición de manchas en la piel, que se presentan en pocos casos.