El tratamiento del síndrome de Tourette va a depender de la existencia o no de otros problemas y afecciones, como trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), problemas de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo, que requieren tratamientos específicos con capacidad para reducir también los tics. La mejor manera de enfocar ...
El tratamiento del síndrome de Tourette va a depender de la existencia o no de otros problemas y afecciones, como trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), problemas de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo, que requieren tratamientos específicos con capacidad para reducir también los tics.
La mejor manera de enfocar el tratamiento del síndrome de Tourette es contar con la colaboración de todos los implicados: médicos, psicólogos, padres, docentes, entrenadores deportivos, cuidadores de los niños y otros miembros de la familia.
Entre las herramientas y tratamientos destacarían:
1- Capacitar a los padres.
Ayuda a entender mejor los problemas de conducta de los hijos y a aprender destrezas parentales específicas para educar a quienes presentan estos problemas. Puede incluir el aprendizaje de aplicación de reforzamientos positivos para que sean eficaces y la disciplina útil para su hijo en concreto.
2-Informar a otras personas.
Conocer el trastorno permitirá que los demás puedan mostrar mayor comprensión y ofrecer su colaboración y ayuda. Educar a los compañeros de clase sobre el síndrome de Tourette es fundamental para conseguir la correcta integración de los niños en su grupo.
3-Contar con los maestros.
Es fundamental que conozcan el problema y entiendan lo que los niños necesitan. Usar los recursos de la escuela para facilitar su aprendizaje o reducir las burlas y el rechazo de otros niños es fundamental para que, quienes padecen síndrome de Tourette, disfruten de una experiencia escolar positiva y exitosa.
4-Medicamentos.
Aunque no eliminan totalmente los tics, pueden resultar útiles a algunas personas en su vida cotidiana. No existe un medicamento que sirva para todos los pacientes y afectan de manera diferente a cada uno de ellos, pudiendo resultar inútiles en algunos casos.
El médico suele probar diferentes medicamentos y dosis hasta lograr el más eficaz para el caso concreto y con menores efectos secundarios. Pueden generar rigidez muscular, cansancio, aumento de peso, inquietud y aislamiento social, por lo que la adherencia del paciente será muy baja.
5-Terapia conductual.
Con ella se pretende enseñar diferentes maneras de controlar los tics a los pacientes y reducir su número, gravedad e impacto, a pesar de que no son meramente psicológicos ni cualquier persona con tics podrá controlarlos.
Se emplean dos técnicas fundamentalmente:
-Inversión de hábito o contracondicionamiento. Se compone de dos etapas principales, entrenamiento para incrementar la concienciación (la persona identifica cada tic en voz alta) y entrenamiento en la respuesta incompatible o sustituta (la persona aprende una conducta nueva que no puede suceder al mismo tiempo que el tic).
-Intervención Global de Comportamiento para Tics (CBIT). Es un tipo de terapia conductual que incluye la inversión de hábito y otras estrategias, como la psicoeducación sobre los tics y técnicas de relajación para el paciente.