De manera general, la mayoría de las personas que tienen cálculos biliares no presentan síntomas. Cuando el cálculo biliar sale de la vesícula biliar y se sitúa en un conducto biliar, puede quedarse "atascado" y obstruirlo, provocando: 1-La piel puede adquirir un color amarillento, fenómeno denominado ictericia. 2-Vómitos o náuseas. 3-Dolor intenso en ...
De manera general, la mayoría de las personas que tienen cálculos biliares no presentan síntomas. Cuando el cálculo biliar sale de la vesícula biliar y se sitúa en un conducto biliar, puede quedarse "atascado" y obstruirlo, provocando:
1-La piel puede adquirir un color amarillento, fenómeno denominado ictericia.
2-Vómitos o náuseas.
3-Dolor intenso en la parte superior derecha del abdomen y/o en la parte superior de la espalda, que conformaría lo que se conoce como ataque de la vesícula biliar. El dolor suele iniciarse de forma repentina y durar varias horas, provocando la irritación e inflamación de la vesícula biliar y producir fiebre y dolor durante horas.
Estos ataques de vesícula biliar suelen producirse tras la ingesta de comidas pesadas y con mayor probabilidad por la tarde o durante la noche. El ataque finaliza cuando se desplaza el cálculo que producía la obstrucción. Si se prolonga en el tiempo, pueden presentarse complicaciones. Es necesario consultar al médico de inmediato.
Las causas de aparición de cálculos biliares se asocian a desequilibrios en las sustancias que forman la bilis. Aproximadamente el 80% están formados por el colesterol que los ácidos biliares no consiguen descomponer debido, por ejemplo, a un exceso de grasa en la dieta habitual. En otros casos están formados por exceso de bilirrubina, un pigmento amarillento de la bilis formado por degradación de los glóbulos rojos. También pueden formarse cuando no se produce el vaciado completo de la vesícula.
La mayor probabilidad de desarrollo de cálculos biliares se asocia a factores como: ser mayor de 60 años, ser mujer, seguir una dieta alta en grasas, presentar sobrepeso u obesidad, sufrir diabetes, tener antecedentes familiares de cálculos biliares, estar embarazada, tomar píldoras anticonceptivas o seguir una dieta baja en calorías y perder peso recientemente de forma muy rápida.
El diagnóstico debe hacerlo el médico a partir del examen físico, la sensibilidad abdominal, un análisis de sangre y pruebas de diagnóstico por imágenes.
Es importante señalar que, en principio, no tiene porqué repetirse el ataque, aunque no se descarta que suceda de nuevo. Además, los cálculos biliares no suelen constituir signos de otra alteración en el organismo, pero sólo el médico puede indicar lo que se debe hacer en cada caso concreto y se deben seguir sus pautas.
Es posible convivir normalmente con los cálculos biliares. No suelen presentarse síntomas por lo que es posible tolerar su presencia sin que se afecte la calidad de vida del paciente. Cuando aparecen síntomas, puede ser necesario que el médico extirpe la vesícula biliar. Es una cirugía sencilla que no genera problemas ni altera la actividad posterior. Es posible la aparición de diarrea durante unos días y puede ser necesario seguir una dieta baja en grasas para evitarlo.