¿Eres una persona rutinaria? Pros y contras de establecer rutinas

Estefanía Grijota

¿Cuáles son los pros y contras de tener rutinas? ¿Por qué hay personas que las necesitan para estar bien y otras que parecen huir de ellas?

05/01/2022

"Cuantas más rutinas o hábitos instauremos, a más aprendizajes, mayor plasticidad cerebral tendremos. Las personas que están en procesos de aprendizaje tienen mayor facilidad de aprender y consolidar que las que suelen no hacerlo. Por ejemplo, un estudiante tiene más neuroplasticidad que una persona que no tiene interés por aprender ...

"Cuantas más rutinas o hábitos instauremos, a más aprendizajes, mayor plasticidad cerebral tendremos. Las personas que están en procesos de aprendizaje tienen mayor facilidad de aprender y consolidar que las que suelen no hacerlo. Por ejemplo, un estudiante tiene más neuroplasticidad que una persona que no tiene interés por aprender más allá de lo que ya sabe, independientemente de la edad.", afirma Regina Insa Martínez, psicóloga, terapeuta Gestalt y coach en mundopsicologos.

No es que no puedan aprender, pero sí necesitarán más práctica y más insistencia para enseñar nuevas rutas al cerebro. En definitiva, el cerebro es como un músculo: a más ejercicio, más en forma estará. Cuando un hábito pasa de ser un comportamiento repetido a ser una adicción, se vuelve en contra nuestra. Por ejemplo, aquella persona que disfruta de hacer deporte, y consolida la rutina de ir a diario al gimnasio. En el momento en que es necesario ir, en que se siente mal consigo mismo cuando no hace deporte; si la persona pierde la capacidad de decidir, de adaptarse, de ser flexible, se convierte en algo negativo», explica Regina Insa.

¿Por qué hay personas que necesitan rutinas para estar bien y otras que parecen huir de ellas?

"Las rutinas son elegibles y dependerá de la personalidad de cada uno y de la libertad o rigidez que la rutina le suponga. Interviene también el compromiso con las elecciones propias y el respeto hacia uno mismo. Si les va bien, y así lo eligen, ir a correr por la mañana antes de ir al trabajo, está bien.

Otras personas necesitan tener la libertad de ir a la hora que puedan, a la que sientan que quieren. Insisto en que tener rutinas y crear nuevos hábitos permite consumir menos energía y podernos abrir a nuevos estímulos y otros matices de la misma realidad (como en el ejemplo de la conducción). Aprender ayuda a aprender", dice la psicóloga.

Cómo desmontar rutinas negativas y dañinas

"La mejor manera es con la sustitución, es decir, dándole a nuestro cerebro una alternativa a aquello que se quiere extinguir. De este modo, es más sencillo modificar un circuito neuronal que crear y consolidar uno nuevo. Recomendamos un trabajo de acompañamiento de profesionales de la psicología para que se refuerce la autoestima y el trabajo con las creencias limitantes. Es muy importante incorporar la práctica, la persistencia y la paciencia. Y a veces, contar con un profesional es un apoyo que facilita el cambio de hábitos», sigue Insa Martinez.

Cómo crear nuevas rutinas

"Toda rutina se puede reprogramar. Como hemos dicho, la rutina no es más que una conexión neuronal muy potente y en su modo de ahorro de energía y eficiencia, el cerebro elegirá el comportamiento de menor esfuerzo. El cerebro no hace la diferencia entre buen y mal hábito, sólo se guía por esas conexiones. Esto explica que cueste instaurar un hábito y que haya recaídas.

Cada nuevo hábito es una nueva conexión que requiere práctica, paciencia y persistencia. Y además, más energía para ser elegido por ese cerebro que se rige por la eficiencia. Según múltiples estudios, se puede instaurar un nuevo hábito con la práctica continua durante 21 días en unos casos y en otros, durante 40 días. A más práctica, más fortalecimiento de ese nuevo circuito que se ha creado", concluye la psicóloga Regina Insa Martinez.

Ejemplos de rutinas para el bienestar mental, físico y emocional

Mental: Meditación o mindfulness, Conversar sobre temas que lleven a la reflexión y autocuestionamiento, terapia psicológica, leer, aprender idiomas, tener uno o varios hobbies.

Bienestar físico: Hacer ejercicio físico, bailar, cantar, caminar, pasear por tu ciudad, alimentos saludables y dieta mediterránea, evitar alcohol y bebidas excitantes, gaseosas y edulcoradas.

Emocional: Conectar y compartir emociones, psicoterapia, yoga, meditación. En este momento de nuevos propósitos, tener información de que sí es posible biológicamente hacer un cambio hacia hábitos más saludables y beneficiosos, puede dar un rayo de luz y esperanza para volverlo a intentar desde otro lugar. Desde la confianza de que sí se puede, con esfuerzo, práctica y creyendo en nosotros mismos y en nuestras capacidades.

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