Las mujeres durante el embarazo, el parto y tres meses después de haber dado a luz presentan un riesgo mayor de producir coágulos de sangre denominado tromboembolismo venoso. Esta situación se debe a varias causas entre las que destacarían: 1-Durante el embarazo, la sangre de la mujer gestante coagula de manera ...
Las mujeres durante el embarazo, el parto y tres meses después de haber dado a luz presentan un riesgo mayor de producir coágulos de sangre denominado tromboembolismo venoso. Esta situación se debe a varias causas entre las que destacarían:
1-Durante el embarazo, la sangre de la mujer gestante coagula de manera más fácil y rápida para reducir la pérdida de sangre que se va a generar durante el trabajo de parto y el parto en sí mismo.
2-Son varias las mujeres embarazadas que pueden tener un menor flujo de sangre hacia las piernas en las últimas etapas del embarazo. Esta situación se debe a que los vasos sanguíneos que rodean la pelvis se ven muy presionados por el crecimiento del bebé en el útero.
3-Presentar antecedentes familiares o personales de formación de coágulos de sangre o de un trastorno de la coagulación es un factor que, al ser conocido previamente por el médico, puede ser atendido desde el inicio de la gestación.
4-La realización de un parto por cesárea en lugar del natural.
5-La inmovilidad prolongada durante el reposo previo (en algunos casos de varias semanas) o la recuperación tras el parto.
6-Posibles complicaciones del embarazo y parto que el médico irá controlando a medida que se presenten.
7-Ciertas enfermedades como la diabetes o los problemas cardíacos o pulmonares, previas o que se han iniciado en esta etapa.
Entre los signos y síntomas asociados a la existencia de coágulos de sangre en las piernas o los brazos, denominada trombosis venosa profunda, se encuentran dolor o sensibilidad no causados por una lesión conocida, hinchazón del miembro afectado y piel caliente al tacto, enrojecida o descolorida. Es necesario acudir al médico lo antes posible.
Cuando el coágulo de sangre ubicado previamente en las piernas o en los brazos se desprende y se desplaza a los pulmones, se produce una embolia pulmonar, cuyos síntomas serían: tos con restos de sangre, dificultad para respirar, latidos cardíacos acelerados o irregulares y dolor en el pecho que empeora al toser o inhalar aire profundamente. Esta situación debe ser atendida por el médico de inmediato.
De manera general, cuando una mujer tiene un alto riesgo de presentar un coágulo de sangre o sufre alguno durante el embarazo o después del parto, el médico suele pautar un medicamento denominado heparina. Este fármaco se inyecta bajo la piel y su función es prevenir la formación o tratar los coágulos de sangre originados durante o después del embarazo.
Es necesario seguir las instrucciones pautadas por el médico siempre, pero, durante el embarazo y tras el parto, no se debe omitir nada. Consultar los signos que percibas como "raros" o comentar cualquier situación que consideres anómala puede ser la diferencia entre disfrutar de tu bebé o complicarlo todo sin necesidad.