La sal lleva mucho tiempo aportando sabor a nuestros alimentos e incluso la hemos utilizado para conservarlos durante más tiempo. Sin embargo, aunque algunas personas han reducido la sal en sus platos para no abusar de ella, sigue formando parte clave de nuestra alimentación diaria. ¿Acaso puedes imaginarte cualquier elaboración sin ...
La sal lleva mucho tiempo aportando sabor a nuestros alimentos e incluso la hemos utilizado para conservarlos durante más tiempo. Sin embargo, aunque algunas personas han reducido la sal en sus platos para no abusar de ella, sigue formando parte clave de nuestra alimentación diaria.
¿Acaso puedes imaginarte cualquier elaboración sin una pizca de sal? Lo malo es que solemos abusar de ella y consumirla en exceso, algo que no resulta muy beneficioso para la salud.
La sal está compuesta por sodio y cloro. Pese a que el sodio está presente en algunos alimentos, solemos ingerirla a través de la sal. Según los expertos, lo más aconsejable es consumir 2 gramos de sodio al día, lo que equivaldría a 5 gramos de sal.
Sin embargo, la sal que está presente en los alimentos puede llegar a los 4 gramos, a los que hay que incluir los añadidos en cualquier preparación, algo que en algunos casos puede alcanzar los 20 gramos.
Ingerir sodio en cantidades abundantes es algo innecesario y muy perjudicial para la salud, de ahí que lo más recomendable sea reducir el consumo de sal. Si quieres llevar unos hábitos de vida saludables y controlar la hipertensión arterial, es algo que debes hacer junto con ejercicio físico regular y una dieta variada y equilibrada.
¿Por qué solemos echar sal en las comidas? Solemos tomar sal como condimento para dar gusto a los alimentos. La mitad que solemos ingerir suele proceder de los alimentos industriales que consumimos diariamente, mientras que la otra mitad es la que solemos añadir en nuestras recetas.
Coger gusto por la sal no se trata de algo congénito, sino de un aprendizaje que nos han inculcado desde niños. Sin ir más lejos, en los restaurantes solemos encontrarnos sal en la mesa para hacer uso de ella. Al utilizarla tanto tiempo, el paladar se acostumbra, aunque también es posible eliminarla de la dieta y adiestrar a nuestras papilas gustativas para prescindir de ella.
Dentro de los alimentos más habituales que forman parte de nuestro día a día se encuentran el pan y el queso. Sin embargo, también están otros a los que deberíamos renunciar a nivel nutricional, como salsas, conservas, snacks, embutidos, frutos secos salados, aceitunas o platos precocinados.
El sodio suele formar parte de algunos alimentos de forma natural, aunque también se emplea como aditivo en el bicarbonato sódico y similar. Además, en las aguas minerales y carbónicas también está presente, sólo que en diferentes cantidades.
Toma nota de estos consejos y dejarás de tomar tanta sal: