Una parte de nuestro presupuesto familiar va a parar indudablemente a nuestra cesta de la compra. Ahora bien, si nos informamos bien y utilizamos el sentido común, podemos reducir el gasto de nuestra alimentación e incluso aumentar su calidad. Si quieres ahorrar en la cesta de la compra, tal vez haya ...
Una parte de nuestro presupuesto familiar va a parar indudablemente a nuestra cesta de la compra. Ahora bien, si nos informamos bien y utilizamos el sentido común, podemos reducir el gasto de nuestra alimentación e incluso aumentar su calidad.
Si quieres ahorrar en la cesta de la compra, tal vez haya llegado el momento para detenerte a pensar sobre tus hábitos alimenticios y evitar adquirir los productos que apenas aportan nutricionalmente y por los que sueles pagar un precio elevado.
Desde aquí vamos a mostrarte cómo poner en orden tu alimentación diaria, pensando en la economía y en el uso de los recursos sostenibles. ¡Toma nota de estos sencillos consejos y ahorrarás!
Los alimentos saludables te servirán como referencia para saber qué comprar y cómo economizar. Busca los productos necesarios que respeten el nivel nutricional que necesita tu organismo y tenlo en cuenta en tu presupuesto alimentario sin dejarte llevar por otros productos malsanos que sobran en tu cesta.
Las legumbres ofrecen una excelente relación calidad/precio. Son fuente de proteínas vegetales y tienen fibra, vitaminas y minerales, siendo el alimento energético que necesita tu cuerpo a un coste muy asequible. También es el caso de los cereales, cuya presencia en tu diaria contribuye al equilibrio nutricional sin tener que rascaste los bolsillos.
Tener frutas y hortalizas siempre en casa es una magnífica idea. Se recomienda tomar varias raciones al día, ya sea en su formato crudo o cocido, y lo más productivo a nivel precio y calidad es optar por los productores locales. Los alimentos de proximidad te aportarán muchos nutrientes, sin que ninguno se pierda por el camino, y te ayudarán a reducir costes.
El marketing y la publicidad nos han invadido con la inclusión de ciertos hábitos alimentarios que no se adaptan a las necesidades reales del organismo. Rechaza los productos con valor nutricional cero y reduce el consumo de productos cárnicos para consumir la cantidad de proteínas que realmente necesitas. Las chucherías, los embutidos, la bollería, los snacks y las bebidas refrescantes no contribuyen en nada a tu salud e incrementarán tu ticket de compra.
Pon en práctica estas pequeñas tareas y conseguirás mucho con poco: