La mantequilla es una grasa que sirve para cocinar de origen animal. La mantequilla se obtiene de la leche de vaca y su característica principal es que se solidifica a temperatura ambiente y se vuelve líquido cuando se calienta. La mantequilla es una grasa muy calórica, pero sus grasas son ...
La mantequilla es una grasa que sirve para cocinar de origen animal. La mantequilla se obtiene de la leche de vaca y su característica principal es que se solidifica a temperatura ambiente y se vuelve líquido cuando se calienta. La mantequilla es una grasa muy calórica, pero sus grasas son saturadas por ello no conviene abusar de ella. De todas formas, al poder untarse o fundirse se puede incorporar a infinidad de platos para hacer salsas y para saltear y en diferentes postres.
En el mercado podemos encontrar mantequilla con o sin sal. Usar un tipo u otro depende del gusto de cada uno, ya que ambas se pueden emplear para las mismas recetas tanto dulces como saladas. Simplemente, hay que ajustar el resto de sal que se utilice.
La margarina es otro tipo de grasas que se obtiene de aceites refinados y vegetales y que, mediante diferentes procesos se solidifica. Si se le aplica calor se vuelve líquido, pero se degrada, por lo que no es aconsejable usarlo para cocinar.
En estos últimos tiempos habrás oído hablar en más de una ocasión del ghee, pero, ¿sabes exactamente qué es? El ghee es mantequilla clarificada, es decir, grasa pura. En la mantequilla clásica el 80% es grasa y el 20% restante es agua y proteínas. En el caso del ghee es 100% grasa. Este tipo de mantequilla es ideal para freír y para hacer salsas de potente sabor. Si quieres hacerla en casa, basta con derretir la mantequilla a fuego lento un cazo. A continuación, retira con una cuchara la capa espumosa que se forma en la parte superior y cuélalo con un colador bien tupido. El líquido transparente y amarillo que se obtiene es el ghee.
¿Sabes que puedes hacer tus propias mantequillas aromatizadas en casa? Deja la mantequilla a temperatura ambiente y cuando esté blanda, mézclala con el sabor que prefieras. Escoge entre diferentes hierbas, frutos secos, tomates secos, fruta deshidratada, quesos, extracto de vainilla… Ponla en la nevera para que coja un poco de cuerpo, dale forma de rulo y envuélvela en papel film, vuelve a ponerla en el frigorífico para que se enfríe del todo.
Mantequilla sólida: Es imprescindible usarla fría para hacer masas como la de hojaldre. Para espesar salsas y darle brillo, añade una cucharada de mantequilla fría y remueve en la salsa hasta fundirla.
Mantequilla en pomada: Si deseas batir la mantequilla con azúcar para hacer bizcochos u otros productos de repostería, la mantequilla debe estar a temperatura ambiente. De esta manera, el azúcar se incorpora mejor y las masas salen más esponjosas.
Mantequilla fundida: Es ideal para engrasar moldes y pintar masas. También para embadurnar alimentos como carnes o panes antes de cocinarlos. Fundida también sirve como base para muchas salsas.