De manera general, el tratamiento de la enfermedad mental incluye: 1-Psicoterapia. Facilita el conocimiento de la enfermedad, estado de ánimo, sentimientos, pensamientos y conductas del afectado para comprenderlos y adquirir las habilidades necesarias para afrontar y controlar los eventos. Son numerosos los tipos de psicoterapia, con un enfoque concreto, que pretenden aumentar el ...
De manera general, el tratamiento de la enfermedad mental incluye:
1-Psicoterapia.
Facilita el conocimiento de la enfermedad, estado de ánimo, sentimientos, pensamientos y conductas del afectado para comprenderlos y adquirir las habilidades necesarias para afrontar y controlar los eventos.
Son numerosos los tipos de psicoterapia, con un enfoque concreto, que pretenden aumentar el bienestar. Puede realizarse individualmente, en grupo o con los miembros de la familia. La duración es de unos meses pero, en ocasiones, puede resultar preciso un tratamiento a largo plazo.
Elige al terapeuta que mejor se adapte a ti porque la confianza y el respeto son fundamentales para que la terapia aplicada sea eficaz.
2-Medicamentos. A pesar de que no curan la enfermedad mental, pueden mejorar los síntomas y aumentar la eficacia de otros tratamientos, como la psicoterapia.
Los medicamentos psiquiátricos empleados con mayor frecuencia son:
-Ansiolíticos, empleados para tratar trastornos de ansiedad (como el trastorno de ansiedad generalizado o el trastorno de pánico) y reducir la agitación y el insomnio. Los medicamentos de acción rápida usados contra la ansiedad generan alivio a corto plazo, pero pueden crear dependencia, por lo que solo deberían usarse durante breves períodos de tiempo.
-Antidepresivos, administrados en depresión, ansiedad y otras enfermedades. Mejoran algunos síntomas asociados a la patología, como la tristeza, la falta de energía, la desesperanza, la dificultad de concentración y la falta de interés en actividades previamente satisfactorias. No son adictivos, por lo que no generan dependencia.
-Medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, utilizados para el tratamiento del trastorno bipolar, en el que se alternan episodios de manía y depresión. Pueden combinarse con antidepresivos para tratar específicamente la depresión.
-Antipsicóticos, usados para tratar trastornos psicóticos (como la esquizofrenia), para tratar el trastorno bipolar o combinados con antidepresivos para tratar la depresión.
3-Tratamientos de estimulación cerebral. Cuando los medicamentos y la psicoterapia no dan el resultado esperado, pueden aplicarse la estimulación cerebral profunda, la terapia electroconvulsiva, la estimulación del nervio vago y la estimulación magnética transcraneal repetitiva.
4-Programas de tratamiento ambulatorio intensivo, residencial y hospitalario
En los casos en los que la enfermedad mental es grave, puede resultar necesario el ingreso en un hospital psiquiátrico. Se indica cuando el paciente está en riesgo de autolesionarse, lesionar a otros o no puede cuidarse adecuadamente. Otras posibilidades son la hospitalización parcial o diurna, el tratamiento residencial y el tratamiento ambulatorio intensivo, que se pautarán en función de las necesidades reales del paciente.
Es importante tener en cuenta que, unidos a la enfermedad mental, se pueden presentar problemas relacionados con el consumo de sustancias. Esta situación interfiere en el tratamiento y empeora la enfermedad mental del paciente, por lo que debe ser tratada correctamente. Consulta al médico y sigue sus indicaciones.
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