Definir un trastorno psicológico no resulta sencillo. La quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), en el que se clasifican en función de los síntomas, lo confirma así. Podemos entender el trastorno mental o psicológico como la disfunción psicológica (reducción o cese del funcionamiento de ...
Definir un trastorno psicológico no resulta sencillo. La quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), en el que se clasifican en función de los síntomas, lo confirma así.
Podemos entender el trastorno mental o psicológico como la disfunción psicológica (reducción o cese del funcionamiento de las capacidades cognitivas, emocionales o de comportamiento) que padece una persona. Se asocia a sentimientos de angustia, deterioro personal e incluye conductas inesperadas para el contexto cultural en el que vive el paciente. El trastorno puede manifestarse de formas diferentes según la persona afectada.
En las enfermedades mentales se presentan signos y síntomas diferentes en función del trastorno de que se trate, las circunstancias que rodean al afectado y otros factores específicos. Los síntomas de la enfermedad mental pueden alterar emociones, pensamientos y conductas de quien la padece.
No es infrecuente que los síntomas de un trastorno de salud mental debuten en forma de problemas físicos (dolor de estómago, espalda, cabeza u otros dolores y molestias que no se explican objetivamente desde el punto de vista médico). Entre los signos y síntomas de la enfermedad mental destacarían:
1-Preocupación, miedo intenso o excesivo sentimiento de culpa.
2-Incapacidad de afrontamiento de los problemas habituales o del estrés que acompaña a la vida diaria.
3-Sentimientos de tristeza, desánimo o desesperanza.
4-Aislamiento social, con pérdida de interés en los amigos o las actividades habituales.
5-Fatiga, cansancio, poca energía y alteraciones del sueño.
6-Confusión de pensamientos, baja capacidad de concentración o desconexión de la realidad en forma de delirios, paranoias o alucinaciones.
7-Cambios de humor con excesivo enojo, hostilidad, ira o violencia contra uno mismo y los demás.
8-Dificultades de comprensión y relación de las situaciones y las personas.
9-Consumo de alcohol o drogas.
10-Modificaciones en los hábitos alimentarios, tanto por exceso como por defecto.
11-Cambios en la conducta sexual.
12-Autolesiones y pensamientos suicidas. Si aparecen pensamientos o comportamientos suicidas, es preciso pedir ayuda de inmediato.
Si presentas algún signo o síntoma de enfermedad mental, debes acudir a la consulta de tu médico o a un profesional de la salud mental. Es fundamental el diagnóstico para pautar un tratamiento correcto porque las enfermedades mentales no mejoran mágicamente y, sin el tratamiento adecuado, pueden empeorar con el paso del tiempo, con lo que el pronóstico será peor que si se tratan precozmente.
Cuando alguien cercano a ti presente algún signo de enfermedad mental, habla con él y comunícale tu preocupación por su estado sin alarmas innecesarias. Anímale a acudir al médico, ayúdale a buscar a un profesional adecuado y transmítele que estarás a su lado durante todo el proceso. Si percibes algún signo de autolesión o riesgo de suicidio, es necesario acudir al hospital con urgencia.