La medicina integrativa se proyecta hacia el bienestar del paciente. Es una modalidad terapéutica en la que se unen la medicina tradicional y los efectos beneficiosos de tratamientos naturales. Contempla múltiples factores que inciden en la salud de los pacientes: estado fisiológico, psicológico, nutricional y social. Se trata de incluir ...
La medicina integrativa se proyecta hacia el bienestar del paciente. Es una modalidad terapéutica en la que se unen la medicina tradicional y los efectos beneficiosos de tratamientos naturales. Contempla múltiples factores que inciden en la salud de los pacientes: estado fisiológico, psicológico, nutricional y social. Se trata de incluir alternativas naturales poco invasivas, sin influir negativamente en el tratamiento médico tradicional.
Considera al ser humano de manera holística. Analiza globalmente las causas de la enfermedad para poder elegir las terapias más eficaces. Los más beneficiados con la medicina integrativa son quienes padecen enfermedades crónicas como asma, dolor crónico, trastornos de ansiedad, depresión, insomnio, diabetes, fibromialgia, dolores de cabeza y musculares, entre otras.
Uno de sus principales fines es mejorar la calidad de vida de los pacientes, no solo a nivel físico. Sus pilares fundamentales son:
1-Tratar al paciente como un ser completo. No se centra en un órgano o aparato concreto. El cuerpo es un todo.
2-Abordar las causas, no solo los síntomas. Llegar al fondo del problema es necesario para encontrar la solución.
3-No olvidar el aspecto psicológico y nutricional de la enfermedad. Ambos influyen en la salud y bienestar personal.
4-Adoptar un enfoque personalizado. Cada paciente tiene unas necesidades, no se puede generalizar el tratamiento.
5-Fomentar una correcta relación médico-paciente.
6-Tener en cuenta el entorno en el que vive el paciente. Es fundamental para que su salud mejore.
También se considera interesante a nivel preventivo. Contribuye a la promoción de la salud mediante asesoramiento dietético, cambios en el estilo de vida, técnicas de reducción del estrés y empleo de suplementos naturales. La aplicación simultánea de terapias convencionales y complementarias previene complicaciones y favorece el manejo de los síntomas.
Lo más importante es acudir a la consulta del médico y seguir sus indicaciones. Es él el único que puede indicar cuál es el abordaje más adecuado en cada situación y promover o no el empleo de alguna terapia complementaria idónea para el paciente concreto. Su aplicación se centra en reducir los síntomas, las complicaciones y los efectos secundarios.
Las terapias complementarias más utilizadas son la terapia dietética o nutricional, la fitoterapia, la administración de suplementos (probióticos, vitaminas, minerales y otros compuestos), meditación, aromaterapia, yoga, acupuntura y reflexología, por ejemplo. Deben ser aplicadas por profesionales cualificados.
Es importante destacar que las terapias que se proponen con la medicina integrativa no sustituyen los tratamientos médicos. Deben ser consideradas un complemento y, aunque suelen ser de origen natural, no siempre resultan adecuadas, tienen contraindicaciones, pueden provocar efectos secundarios y aumentar el riesgo de complicaciones o interacciones con medicamentos. No debes emplearlas sin el control de tu médico.