Los trastornos de la personalidad son un grupo de trastornos mentales en los que se presentan patrones de conducta inadaptativa duraderos, en varios contextos y que no coinciden con los aceptados por el contexto social y cultural en los que vive el afectado. Es preciso el diagnóstico y tratamiento de ...
Los trastornos de la personalidad son un grupo de trastornos mentales en los que se presentan patrones de conducta inadaptativa duraderos, en varios contextos y que no coinciden con los aceptados por el contexto social y cultural en los que vive el afectado. Es preciso el diagnóstico y tratamiento de un especialista.
En función de la intensidad de los síntomas, es posible que sólo sea necesaria la intervención del médico de familia y un psiquiatra, por ejemplo. Cuando la gravedad es mayor, en el equipo suele incluirse médico de familia, psiquiatra, psicólogo, personal de enfermería psiquiátrica, farmacéutico y asistente social.
Para el tratamiento de los trastornos de personalidad suele emplearse:
1-Psicoterapia o terapia conversacional, en la que un profesional de la salud mental explica en qué consiste el problema, favorece la expresión de emociones y pensamientos, facilita la comprensión del estado de ánimo, enseña a vivir y controlar el estrés y ayuda con las conductas. Puede realizarse en sesiones individuales, grupales, con familia y amigos o lo que indique el especialista.
2-Entrenamiento en habilidades sociales, empleando lo aprendido en la sesiones de terapia para controlar los síntomas y reducir las conductas que interfieren en el bienestar.
3-Terapia familiar para apoyar y educar a las familias que tienen un pariente afectado por un trastorno de la personalidad.
4-Medicamentos. Algunos medicamentos psiquiátricos pueden ayudar a mejorar varios síntomas del trastorno de la personalidad.
Pueden emplearse, en función de los síntomas del paciente, antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos y ansiolíticos, entre otros.
5-Tratamiento hospitalario y domiciliario
Si la gravedad es muy alta, el afectado no puede cuidarse a sí mismo o está en riesgo inminente de hacerse daño o dañar a otra persona, puede ser necesario un internamiento en el hospital para recibir atención psiquiátrica.
Tras ser estabilizada la situación, suele recomendarse un programa de hospital de día, domiciliario o un tratamiento ambulatorio.
6-Participación personal. El afectado por un trastorno de la personalidad es parte fundamental del tratamiento.
Resulta decisivo que tome los medicamentos siguiendo la pauta prescrita, participe activamente en su autocuidado, acuda a las citas señaladas por el especialista, busque información de su patología, realice actividad física (caminar, correr, nadar o lo que desee y le proporcione satisfacción), evite consumir drogas y alcohol y asista a las citas médicas rutinarias.
Las personas significativas del afectado por el trastorno de personalidad también lo pasan mal y pueden necesitar una ayuda específica. Resulta fundamental que conozcan en qué consiste el problema y que sean capaces de entender sus implicaciones. Además, suelen precisar ayuda para superar su propia ansiedad ante la situación, crear límites y aprender estrategias de autocuidado para disfrutar de bienestar y calidad de vida. Cuanto mejor se encuentren, más eficaz será el apoyo y ayuda que podrán ofrecer al afectado.
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