Todas las frutas comparten algunas características fundamentales que las convierten en alimentos interesantes nutricionalmente. En todas ellas destacaría su elevado contenido en fibra, agua, vitaminas (A, del grupo B y C, fundamentalmente) y minerales (potasio, calcio, hierro y magnesio, entre otros) y su bajo nivel de proteínas, materia grasa y ...
Todas las frutas comparten algunas características fundamentales que las convierten en alimentos interesantes nutricionalmente. En todas ellas destacaría su elevado contenido en fibra, agua, vitaminas (A, del grupo B y C, fundamentalmente) y minerales (potasio, calcio, hierro y magnesio, entre otros) y su bajo nivel de proteínas, materia grasa y calorías, a pesar de que cada fruta presenta una concentración específica de estos compuestos.
Resulta destacable el hecho de que las frutas presentan colores variados (naranja, rojo o verde, fundamentalmente) y que, cuanto mayor es la intensidad cromática, mayor es la concentración de vitaminas y minerales que contienen. Estos bioelementos fundamentales no se encuentran únicamente en la piel, pero lo recomendable es, siempre que sea posible, consumirlas frescas porque conservan mejor sus propiedades nutricionales y con la piel entera, una vez lavadas en profundidad.
También es posible consumirlas en forma de zumo, mermelada, compota o como prefieras, aunque, cuando se someten a cualquier tipo de procesado, se reduce su contenido nutritivo. Si optas por estas posibilidades, elige productos elaborados sin azúcar añadido para evitar el aumento de su contenido calórico. Se consideran una buena opción para quienes señalan que el consumo de fruta natural les provoca gases, digestiones pesadas o problemas intestinales.
Puedes encontrar diferentes frutas en cualquier época del año. Las encontrarás en puntos de venta especializados porque proceden de lugares en los que sí están en sazón. A pesar de todo, lo recomendable es consumir fruta de temporada, porque resulta más económica y puedes ir variando a lo largo del año. Si prefieres centrarte en la que te apetece y gusta, no renuncies a ella aunque su precio sea elevado porque es la mejor inversión que puedes hacer por tu salud. Prepara una macedonia con zumo de naranja y disfruta de la saludable experiencia.
Resulta fundamental la experiencia personal. Cada uno "tiene sus propias necesidades" y la fruta se adapta a todas. Si quieres reducir el estrés, los plátanos y las fresas son adecuados; si tu problema es el estreñimiento, ciruela y kiwi al desayuno resultan ideales; cuando los calambres no te dejan vivir, los plátanos pueden ayudarte; si deseas broncearte, se recomiendan frutas ricas en carotenoides como cerezas y frambuesas y para mejorar la diarrea, la manzana asada sería tu mejor aliada.
Conseguir la "dosis" adecuada de fruta es muy sencillo. Puedes consumirla en cualquier momento del día, aunque lo más recomendable sea en el desayuno, a lo largo de la mañana o a media tarde. Acostumbra a tus hijos a comerla en el patio del colegio como tentempié de media mañana y llévala al trabajo para garantizar que tendrás la energía suficiente para superar tu jornada laboral.