Los expertos señalan la importancia de conocer el fototipo, aunque solo sea para pasear al sol de manera segura o jugar los niños en el parque, pues los efectos nocivos de la radiación no se producen únicamente al tumbarse sobre la arena de la playa. Sea cual sea tu fototipo y, ...
Los expertos señalan la importancia de conocer el fototipo, aunque solo sea para pasear al sol de manera segura o jugar los niños en el parque, pues los efectos nocivos de la radiación no se producen únicamente al tumbarse sobre la arena de la playa.
Sea cual sea tu fototipo y, aunque cada grupo precisa diferentes cuidados, los especialistas animan a utilizar un factor de protección solar elevado. De hecho, indican que quienes tienen un fototipo 1 no deberían acudir al solárium y, cuando se encuentran al aire libre, el factor de protección (SPF) debe ser superior a 30, evitando una excesiva exposición solar desde la infancia y durante toda la vida.
La utilización racional del fotoprotector es imprescindible, pues es mejor broncearse lentamente que someterse a un exceso de radiación. Los fotoprotectores han evolucionado mucho estos últimos años, resultan muy agradables de aplicar y presentan múltiples ventajas:
1-Los estudios clínicos demuestran que su correcta aplicación reduce los problemas relacionados con el exceso de exposición a la radiación.
2-Los laboratorios incluyen en su formulación un excipiente (que facilita su distribución y lo hace resistente al agua) y principios activos (que actúan como filtros solares y aportan propiedades antioxidantes, nutritivas e hidratantes, entre otras).
3-Contiene conservantes, colorantes y perfumes que no causan reacciones alérgicas.
4-Sus propiedades químicas permiten su comercialización en forma de cremas, lociones, geles, sprays y otras formulaciones que garantizan sus propiedades y adaptabilidad.
5-Deben ser aplicados media hora antes de la exposición, para aumentar su eficacia.
Sería recomendable acudir a un especialista sanitario (médico o farmacéutico) que indique cual es nuestro fototipo y señale el fotoprotector más conveniente para el uso que pretendemos hacer. También podremos consultarles la compatibilidad del sol con la toma de ciertos medicamentos fotosensibles (como los antibióticos o algunos antidepresivos) o la necesidad de cubrir las cicatrices y lunares para evitar la aparición de manchas solares.
Precaución especial con los niños, pues en la infancia la piel es muy sensible al ataque de las radiaciones solares y tiene "memoria", es decir, recuerda las agresiones sufridas y puede desarrollar problemas en la etapa adulta. Protégelos adecuadamente con crema, camiseta, gorra, gafas, sombrilla, etc. Es imprescindible para lograr un bronceado saludable. No es necesario que estén continuamente a la sombra, pero tampoco debemos excedernos en la exposición al sol.
No olvides aplicarte cremas hidratantes para después del sol ("after sun"), nutritivas para compensar las pérdidas de vitaminas y minerales y otras específicas para evitar la aparición de radicales libres, por ejemplo. Resulta imprescindible para mantener la elasticidad de tu piel y garantizar que estás cuidándola de manera adecuada. Consulta tus dudas con un especialista, sigue sus indicaciones y disfruta de manera saludable del sol.
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