Algunos expertos señalan que podría resultar recomendable intentar dejar de enfocar la atención en esa emoción concreta, olvidarla, ignorarla o reprimirla, aunque no sea siempre la solución adecuada. Se considera que aprender a lograr la calma necesaria para controlarla, es una opción muy saludable.
Existen varias técnicas que favorecen el aprendizaje de la gestión emocional. Es importante acudir a un experto que te las explique y que tú las practiques en casa para alcanzar resultados positivos. Sería recomendable:
1-Elige un tiempo para las preocupaciones
No te preocupes más de lo necesario. Dedica media hora al día para pensar en todas tus preocupaciones; cuando pase ese tiempo, concéntrate en lo que de verdad importa, en lo que tienes que hacer realmente.
Lo normal es que se reduzcan, aunque es posible que vuelvan a ocupar tu mente durante la siguiente media hora que dediques a preocuparte. No importa. Poco a poco desaparecerá de tu mente si perseveras en esta práctica y no la ocupará de manera continuada.
2-Escritura emocional
Escribir es una actividad terapéutica que, cuando la centras en las emociones, te ayudará a verlas desde otra perspectiva y a reflexionar sobre ellas. Si lo haces a diario, descubrirás que muchas se repiten, habrás aprendido a gestionarla cuando vuelva a presentarse y podrás comprobar tu progreso real en su gestión y control.
Ver que has respondido bien en una ocasión previa, te permitirá ser capaz de enfrentarte a ella y resolverla sin tanta tensión.
3-Expresa tus emociones.
Lamentablemente, son muchas las personas que se las guardan para sí mismas y no las dejan salir al exterior. No es una actitud saludable porque se enquistan y generan malestar.
Habla con una amiga de confianza, con tu pareja o con quien tú prefieras y dile como te sientes. Verbalizarlo te ayudará a gestionarlo de manera adecuada y reducirá la presión que está ejerciendo sobre ti.
4-Mindfulness o atención plena.
La atención plena es una actividad que puedes realizar durante unos minutos a diario. Consiste en ponerse cómoda y concentrarse en la propia respiración. En este estado de placidez, se sienten y observan las emociones sin juzgarlas, aceptándolas, focalizando la atención en el momento presente.
5-Modifica tus pensamientos.
Cambiar el foco del pensamiento asociado a la emoción te ayudará a controlarla. Puedes repetirte una palabra clave ("para" o "stop", por ejemplo) que te permita detener esos pensamientos. Escribir el pensamiento negativo y el equivalente en positivo suele reducir la ansiedad y generar bienestar.
6-Sonríe
En el momento en que se presente una emoción negativa, busca un espejo, mírate en él y sonríe durante unos minutos aunque no te apetezca.
La sonrisa libera endorfinas, moléculas que provocan bienestar y que te ayudarán a controlar las emociones negativas de una manera más sencilla de lo que crees.