Mantener una dieta ya iniciada previamente durante las vacaciones, especialmente si has conseguido establecer unas pautas alimenticias saludables y reducir tu peso y volumen, no es difícil. Continuar tus hábitos saludables y disfrutar de tus vacaciones resulta compatible si lo planificas bien. Sería recomendable: 1-Si padeces alguna patología asociada a la ...
Mantener una dieta ya iniciada previamente durante las vacaciones, especialmente si has conseguido establecer unas pautas alimenticias saludables y reducir tu peso y volumen, no es difícil. Continuar tus hábitos saludables y disfrutar de tus vacaciones resulta compatible si lo planificas bien. Sería recomendable:
1-Si padeces alguna patología asociada a la alimentación como la diabetes o el exceso de triglicéridos y colesterol, debes mantener las pautas que te ha dado tu médico. No puedes abandonar tu medicación ni consumir alimentos prohibidos por el especialista porque tu salud nunca está de vacaciones y puede presentarse un serio problema. Tampoco puedes olvidarte del ejercicio diario, pero puedes sustituirlo pues es más fácil nadar o bailar si te has desplazado a un lugar en el que estas actividades resulten accesibles.
2-Consumir alimentos saciantes como los frutos secos (almendras y anacardos) o los encurtidos (pepinillos y cebollitas) para el aperitivo. Puedes beber una copa de vino blanco (que aporta aproximadamente 80 calorías), vino tinto (con polifenoles saludables), cerveza mejor sin alcohol (diurética y rica en vitaminas del grupo B) o cócteles (sin azúcar y elaborados con zumo natural, preferentemente). Los platos principales ricos en proteínas (carne de pollo, conejo y pavo o pescados a la plancha, revueltos con verduras y marisco) o ensaladas (con legumbres, fruta, pavo, etc.) aliñadas con aceite de oliva virgen y especias.
3-Mantener hábitos saludables. Hacer ejercicio diariamente, beber 2 litros de agua diarios (alcalina y con bicarbonato que estimula la digestión y neutraliza la acidez estomacal), comer pequeñas raciones 5 veces al día, evitar las comidas fritas, consumir abundantes frutas y verduras (la fibra te ayudará a mantener un correcto ritmo intestinal) y beber infusiones diuréticas que faciliten la eliminación de toxinas (como té verde o boldo, por ejemplo).
4-Controlar el consumo de hidratos de carbono (pan y pasta), limitar la sal (para evitar la retención de líquidos) y no abusar de los dulces (un helado elaborado de manera natural puedes permitírtelo).
5-Aumentar el ejercicio. Disfruta de un paseo por la arena de la playa o por el campo, pedalea en la bicicleta al aire libre, patina por una zona segura y baila.
6-Desintoxicar tu organismo porque siempre viene bien eliminar lo indeseable. Consume mayor proporción de alimentos considerados desintoxicantes como el caqui, el yogur con bifidus, germinados, puerros, cebolla, pomelo o sandía, combinados con una alta ingesta de agua (si es posible, añádele zumo de limón para mejorar la depuración).
7-Disfruta de un masaje en un centro especializado. Siempre es placentero pero, además, puede resultar tonificante y purificante (el drenaje linfático, por ejemplo, favorece la expulsión de compuestos tóxicos acumulados en el organismo).
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