La cefalea de tensión o tensional se manifiesta con dolor, normalmente bilateral, referido como la sensación de tener un "casco" que aprieta la cabeza, intenso -en sienes, cuero cabelludo y parte posterior del cuello-, sordo, opresivo y molesto. Se presenta rigidez cervical, de inicio matinal o a primera hora de ...
La cefalea de tensión o tensional se manifiesta con dolor, normalmente bilateral, referido como la sensación de tener un "casco" que aprieta la cabeza, intenso -en sienes, cuero cabelludo y parte posterior del cuello-, sordo, opresivo y molesto. Se presenta rigidez cervical, de inicio matinal o a primera hora de la tarde, que empeora durante el día. No suele resultar incapacitante, pues desaparece o se reduce tras aplicar las medidas terapéuticas adecuadas.
La cefalea tensional puede ser aguda o crónica. La aguda se caracteriza por dolor episódico de corta duración y debido a estrés puntual, nerviosismo o fatiga, por ejemplo, que desaparece al eliminar la fuente de estrés, relajarse e ingerir analgésicos suaves. La crónica supone un dolor mantenido incluso durante semanas y puede estar enmascarando una depresión. A veces es concomitante con la migraña, aunque en la tensional las crisis dolorosas son más frecuentes y no presenta aura, puede aparecer cansancio y mareos, no cursa con náuseas, vómitos o fotofobia y, si se presentan, son más suaves que los de la migraña.
Las causas más comunes son la mala higiene postural (laboral, en el domicilio o en la vida normal), el bruxismo (apretar las mandíbulas y los dientes de día o de noche), los problemas articulares, el estrés, la ansiedad y los estados depresivos.
Entre las medidas higiénicas preventivas se incluyen:
1- Controlar la postura y hacer estiramientos cervicales, dorsales y lumbares.
2- Dormir adecuadamente.
3- Evitar el consumo de alcohol, tabaco y cafeína.
4- Practicar técnicas de relajación bajo control de especialistas para controlar el estrés.
5- Prevenir problemas posturales, especialmente en el trabajo.
6- Realizar ejercicio al aire libre para favorecer la oxigenación.
7-Seguir una dieta equilibrada y saludable.
Llevar un diario-registro del dolor de cabeza para reconocer los signos previos, situaciones y síntomas ayudará al diagnóstico y permitirá reducir o eliminar los factores desencadenantes evitables. En él se anotarán fecha y hora de inicio del dolor, alimentos ingeridos en las 24 horas anteriores, patrón de sueño de los días previos, situación emocional, actuación del paciente para reducirlo y cualquier otro dato interesante para el médico.
El tratamiento farmacológico va a depender de la frecuencia del proceso y de la incapacidad que sufra el enfermo. Paracetamol e ibuprofeno en las crisis dolorosas y, para la profilaxis, relajantes y antidepresivos. Mucho cuidado con la automedicación, pues puede cronificarse por abuso de analgésicos y psicofármacos, provocando una "cefalea de rebote". Consulta a tu médico.
También el automasaje (relajación de la nuca, masaje en las cejas, presión de los arcos occipitales y masajes circulares en las sienes) y aplicar frío o calor en la parte posterior del cuello reducen la presión y el dolor.
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